Kyle Kuzma estaba entre los elegidos por Gregg Popovich para representar a Estados Unidos en el Mundial de China 2019, pero una fractura por estrés en el pie izquierdo lo dejó fuera. Eso llevó a que también se perdiera el campamento de entrenamiento para enfocarse en su recuperación, al igual que la pretemporada y los primeros cuatro partidos de la campaña regular.
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En su tercer año en la NBA, el ambiente era muy distinto en Los Angeles Lakers. Después de dos temporadas y que sonara para un posible traspaso a New Orleans Pelicans a cambio de Anthony Davis, la gerencia púrpura y oro lo mantuvo con el objetivo de que fuera el tercer anotador de la franquicia. Sin embargo, vivió un año algo complicado y en esta pausa por la pandemia del coronavirus, puede ser uno de los mayores beneficiados.
El difícil curso de Kuzma
En el Draft del 2017 fue elegido por Brooklyn Nets en la posición número 27 y fue traspasado a los Lakers junto con Brook Lopez, a cambio de Timofey Mozgov y D’Angelo Russell. Después de tres años en college, sorprendió al convertirse en el líder anotador (empatado con Brandon Ingram) de los angelinos con 16,1 puntos en la campaña 2017-2018. El contexto de la franquicia era completamente distinta, pues intentaban construir una base joven para el futuro.
A la siguiente temporada se dio la llegada de LeBron James y el panorama de los Lakers cambió por completo. Pero el resultado final no fue muy distinto al de años anteriores, al quedar fuera de Playoffs por sexta temporada consecutiva y, antes de la pausa del All-Star Weekend en febrero, surgió una noticia que cimbró a la liga: la solicitud de traspaso de Anthony Davis.
Inmediatamente sonó el nombre de Kuzma para ser uno de los traspasados para recibir al Uniceja. Pasó el tiempo, no se dio el trade en la campaña y a pesar de que no pasaron a la postemporada, Kyle fue el segundo máximo anotador detrás de LeBron promediando 18,7 puntos por partido en un 45,6% de campo. Pero cuando la gerencia de los californianos y los de Luisiana llegaron a un acuerdo, lograron mantenerlo con el objetivo de que fuera el tercer anotador del equipo.
“No siento presión, pero pienso que soy capaz de ser una súper estrella. Trabajo muchísimo… El año pasado no tiré el balón bien y casi promedié 20 puntos (por partido). Si puedo tirar el balón bien y continuar desarrollando las facetas de mi juego defensivamente, no veo por qué no pueda serlo (la tercer estrella)”, dijo Kuzma antes de que empezara la temporada.
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Y aunque consiguió ser el tercer anotador de los Lakers detrás de Anthony Davis (26,7) y LeBron James (25,7) al promediar 12,5 puntos por partido, firmó su peor año en varios rubros, incluyendo en unidades, así como porcentaje en tiros de campo al tener el 43,2%, en triples 29,7%, 4,5 rebotes por juego y 1,3 asistencias.
“Confianza es nunca el sentimiento de, ‘les voy a gustar’. Confianza es más, ‘estaré bien si ellos no’”, escribió el nacido en Flint, Michigan, en su último post en Instagram.
Y durante esta pausa de cuatro meses que tiene como fecha de reanudación el próximo 30 de julio, podría beneficiarse para regresar en mejor forma, aunque eso lo veremos hasta que se retomen las actividades. Pero algo es seguro, los Lakers van por el Trofeo Larry O’Brien y una mejora en el juego de Kyle Kuzma les vendría muy bien.
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