¿Existe un final posible de la revolución ofensiva en la NBA? El triple sigue abriéndose paso incluso en Playoffs

Desde los sucesos acontecidos a partir de 1789 en toda Francia, se ha aceptado académicamente conceder al concepto de revolución una definición que se aproxime a una ruptura, un momento o hecho que genera un corte con la tradicional línea histórica, abriendo una etapa nueva. Este cambio puede resultar abrupto o bien paulatino, no necesariamente todo cambia de la noche a la mañana. En cierto sentido, las Finales de 2014 supusieron una ruptura en la mentalidad de buena parte de la NBA. Los 11 triples en apenas 23 intentos que los San Antonio Spurs promediaron en su serie frente a Miami Heat fueron el detonante de un proceso histórico en el juego en el que todavía estamos inmersos. A lo largo de las siguientes cinco temporadas el volumen de triples anotados e intentados no ha parado de crecer, manteniéndose siempre alrededor de la misma horquilla de acierto en torno al 35-36%. 

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Este momento de ruptura del cual han corrido ríos de tinta en el último lustro ha recibido el nombre de Revolución ofensiva, pues comparado con los cinco años inmediatamente precedentes a ese punto la progresión es más que evidente. Ni hablemos a 15 años atrás o más.

Media de la liga (2015-2020)

Por el camino hemos visto emanar a equipos de vanguardia que han hecho del lanzamiento exterior su signo más característico, siendo Golden State Warriors y Houston Rockets los dos mejores representantes en ese sentido del movimiento. Dos ejemplos sumamente dispares por su aproximación al juego pero que han dado pie a que esta propuesta pase de vanguardia a hegemonía, encontrando rápidamente sus homólogos en Dallas Mavericks, Cleveland Cavaliers y Boston Celtics, los tres conjuntos que más lanzamientos de tres han anotado después de los dos antes mencionados en el último lustro. Este proceso puede encontrar su primer atisbo de nacimiento a partir de 2013, momento en el que progresivamente la media de triples anotados comenzó a crecer y que ha ido aumentando progresivamente y de manera sostenida desde entonces. 

Pero, ¿qué pasa con los Playoffs? Siempre se hace referencia a la temporada regular como el modelo de referencia del que echar mano cuando hay que analizar el estado de la liga. Algo lógico por el alto volumen de partidos que se suceden año tras año, pero si hay algo indiscutible es que la NBA es una liga de estrellas y en la postemporada es donde mayor número de ellas se dan cita, con los 8 mejores equipos de cada Conferencia en una batalla encarnizada por el anillo. Del mismo modo, se ha repetido hasta la saciedad en muchos foros que en los Playoffs el juego en transición, rápido y en llegada no tiene cabida, pues los ritmos son más bajos y las defensas acaban por imponerse. ¿Hasta qué punto es esto cierto? Vamos a analizarlo.

Constante evolución

Como analizó en profundidad Juan Estévez en este medio el pasado mes de julio, durante los últimos 4 Playoffs el ritmo de posesiones por partido ha sido ligeramente inferior con respecto al de la Fase Regular. De hecho, la diferencia es casi imperceptible, oscilando entre 1 y 2 posesiones entre la liga y la postemporada. Esto, más allá de derribar el mito antes mencionado, sirve como puente para tirar abajo el segundo prejuicio que se ha aceptado sin contrastar siquiera el dato: en los Playoffs se tiran menos triples.

Como se puede apreciar en la tabla a continuación, la realidad es que desde que se iniciase la revolución ofensiva que ha derivado en un despunte inédito del triple, ha sido en los Playoffs donde más lanzamientos desde estas distancias se han dado en comparación a la Fase Regular, o bien la media entre los competidores se ha mantenido con respecto a la temporada.

Estos números en sí mismos no determinan nada, solamente reflejan una tendencia que viene a signficar que para tener una larga y productiva carrera en la postemporada es preciso contar con un buen arsenal de tiradores o jugadores que puedan percutir desde la larga distancia de manera constante. No solo eso, salvo la excepción de los Lakers que analizaremos más adelante, como se aprecia en la tabla a continuación todos los equipos campeones desde 2015 han ocupado los cinco primeros puestos en triples anotados por encuentro en la postemporada. 

El tiro exterior es una forma de entender el juego, no un recurso más. De hecho, el 2020 ha sido el año en el que mayor volumen de tiros se han intentado desde la larga distancia suponiendo un 42,7% respecto al 57,3% de los lanzamientos de dos puntos, el dato más alto en la historia. En contraste, apenas el 33% de los lanzamientos anotados han procedido desde más allá del aro.

Lakers: la paradoja

Es vox populi que el equipo que se ha coronado campeón en este curso no se ha caracterizado por ser precisamente un conjunto que haya brillado por su acierto exterior, pese a intentarlo de manera insistente. La raíz de su éxito ha residido en la capacidad general de todo el grupo para imponer su voluntad desde atrás, desde la defensa, desde donde han marcado el tempo de cada encuentro, forzando a sus rivales a cometer errores que los llevasen a perder la bola o bien realizar un tiro que propiciase el rebote defensivo.

Porque a partir del rebote defensivo los de Frank Vogel organizaban todo su ataque, creciendo desde la transición, castigando los malos balances defensivos de sus rivales y consiguiendo puntos "fáciles". Esto, además de ser fruto de tener a una de las figuras más devastadoras al contraataque como LeBron James, responde ante la norma de que es mucho más sencillo anotar frente a una defensa no posicionada que a media cancha. 

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Una tendencia iniciada tiempo atrás por Mike D'Antoni en Phoenix Suns y que tomó a la perfección Steve Kerr tiempo después en los Warriors, haciendo del llamado "jugar llegando" una forma de alcanzar el éxito y que Golden State interpretó para encontrar lanzamientos abiertos desde el exterior. Mientras, los Lakers lo han ejecutado de la manera opuesta, dando una mayor importancia a los tiros en la zona restringida, siendo además el conjunto que más ha anotado en este tipo de situaciones de todos los Playoffs (22,2), y siendo además uno de los más acertados (57%, 2º). 

Pese a que el 40% de los intentos de los Lakers han venido desde el triple, apenas han representado el 29% de sus tiros anotados, lo cual no les ha impedido en absoluto ser el equipo que se haya impuesto al final del camino. Esto responde, de nuevo, a su vocación defensiva, siendo un conjunto capaz de presentar múltiples alineaciones dependiendo del rival que tuviesen en frente. De este modo, los de Frank Vogel han conseguido limitar a equipos tan volcados en el lanzamiento exterior como Portland Trail Blazers y Houston Rockets, y otros más centrados en el juego sin balón pero con igual gravedad exterior como Denver Nuggets y Miami Heat.

Rivales de Lakers desde el triple

Los angelinos han incidido en el acierto exterior de sus rivales tanto en volumen de intentos como de acierto, "estrangulándolos" de tal modo que han acabado sucumbiendo a sus deseos, permitiendo a los Lakers finalizar con un balance de 16 victorias y apenas 5 derrotas en toda la postemporada, lo que viene a confirmar lo expuesto con anterioridad.

El caso de los Lakers con el triple es tan insólito que hay que remontarse hasta el año 2004 para encontrar a otro equipo que acabase siendo campeón quedando fuera del Top 10 de triples por partido, en aquella ocasión fueron los Detroit Pistons con una media 4,2 por noche (30,4%), siendo además 14º en aquella postemporada. Un hecho que solo ha ocurrido en dos ocasiones más desde 1990, ambas a manos de los Bulls de Jordan: en 1998 siendo 11º con 4,2 triples (32%) y en 1991 siendo 14º con 1,8 (32%).

Alternativas posibles

Pese a la excepción a la norma que suponen los Lakers, la realidad es que seguimos inmersos dentro de un proceso de evolución ofensiva y de expansión del rango de tiro más que evidente. No solo en volumen, sino también en las zonas de acción donde suceden las jugadas, alargándose las distancias desde donde se colocan los bloqueos por ejemplo, o desde las que se inicia la división al aro. Por ahora no hay atisbos de encontrar un final al avance, este continuo y particular Big Bang que define a la NBA actualmente. Lejos de ir en busca de una solución en las reglas de juego, dimensiones del campo o en cómo deberían puntuarse las conversiones, es importante destacar que la búsqueda de una fórmula para limitar al máximo la incidencia rival desde estas distancias hace tiempo que está en experimentación. Algunas de ellas han sido:

• Defensa en cambio: en una liga centrada en el juego de bloqueos directos e indirectos dado el desarrollo técnico y físico de los jugadores, la homogeneidad de los planteles ha permitido a no pocos equipos dentro de esta liga poner en marcha estrategias basadas en torno al cambio automático en las pantallas. Esto impide, o más bien limita, la posibilidad de mantener y preservar la hipotética ventaja que se generaría con esa acción colectiva, respondiendo de manera automática e impidiendo que haya un tiro sencillo o sin apenas oposición al pasar por detrás el mismo. Esto se ha podido comprobar en varios equipos como una seña de identidad, donde los que más han destacado han sido los Houston Rockets y Miami Heat por las características de sus planteles.
• Defensa zonal: sin duda, la más revolucionaria dentro del contexto de la NBA por su tradicional rechazo a este tipo de defensas. Una propuesta que ha ido ganando adeptos progresivamente y cuyo objetivo no es penalizar en sí mismo el tiro exterior, sino el paso previo a esa acción, pues la razón por la que hay un despunte semejante en estos tiros de campo es porque hay una ventaja creada previamente a través de una división al aro o un bloqueo directo que hace despertar el sistema de ayudas rival y castiga las rotaciones defensivas. Con la zona lo que se consigue es ralentizar el juego a media cancha, forzar al rival a encontrar tiros a través del pase y no del drible y en definitiva, colapsar la pintura. De nuevo, Miami Heat junto a Toronto Raptors son los mejores representantes de esta idea defensiva.
• Defensa sin (apenas) ayudas: probablemente la más agresiva y arriesgada de entre todas las propuestas por los peligros que conlleva, ya que todo el peso del sistema defensivo recae en una responsabilidad individual, una labor puramente del jugador con balón. En el mejor de los casos, el defensor del manejador será capaz de forzar a este a un lanzamiento incómodo o bien un pase bajo presión, mientras que los otros 4 jugadores o bien colapsan la pintura o están junto a un exterior que en condiciones normales podría lanzar abierto de haber ayudas. Esta propuesta lo que lleva es a limitar al máximo los tiros sin punteo o en extra-pass y es una de las razones por las que Los Angeles Lakers han conseguido hacerse con el campeonato, pues han puesto a sus rivales contra las cuerdas en más de una ocasión.
• Colapso de la pintura: de entre las aquí mencionadas es la más conservadora y la que puede se termine por establecer como la manera hegemónica de defenderse ante la influencia exterior rival. Del mismo modo que se ve en otras competiciones internacionales (FIBA, Europa, Latinoamérica, etc.) el objetivo primordial es forzar al manejador que disfruta de la ventaja a que vaya directo hacia un mar de cuerpos asentados en la zona, con el objetivo de evitar que pueda sacar desde ahí el balón para un tiro desde la larga distancia. Una estrategia sencilla y que en el caso de LA Clippers ejecutaron a la perfección frente a Dallas Mavericks en estos Playoffs, así como Miami Heat frente a Milwaukee Bucks.

En definitiva no hay una receta única para frenar esta revolución ofensiva, pues los ataques siempre evolucionan mucho más velozmente que las defensas. Por ahora solo podemos disfrutar del momento histórico en el que nos encontramos a la espera de descubrir cuál será el final de esta explosión del triple, del tiempo y del espacio que caracteriza a la actual NBA a la espera de que llegue aquel equipo o arquitecto del juego que pueda dar con la estrategia definitiva que fuerce el cambio de ciclo, es decir, la siguiente revolución.

Tablas de elaboración propia con datos de Basketball Reference y NBA Stats.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.