El Roberto Pando de Boedo es una fiesta. San Lorenzo acaba de conseguir la Liga de las Américas (máximo torneo de clubes del continente) por segunda vez consecutiva, y su gente festeja con los jugadores, que uno a uno van tomando un micrófono en el medio del estadio y después de levantar el trofeo, para decir unas palabras. Cuando llega el turno de Joel Anthony, el pivote canadiense se muestra tímido y hasta se nota que prefiere el silencio. No sólo por una cuestión de idioma, sino porque él es así. Pasa por debajo del radar en la cancha, pero vaya si tiene importancia.
Joel pudo largar un "gracias a todos" en español, y también agradeció en inglés. No sabremos si la gente habrá captado el mensaje, pero sí se sabe que él ya había hablado en la cancha. Su papel en la victoria en la gran final ante Guaros de Lara de Venezuela (64-61) había sido una pintura de su rol en el equipo: el de un obrero silencioso que está siempre listo para aportar su defensa y esos detalles que no salen en la planilla pero son vitales para el éxito colectivo.
💪🏿 Recordaremos los triples, las volcadas, los tantos decisivos. Pero nada de eso alcanzaría sin la defensa de Joel Anthony 🇨🇦 pic.twitter.com/aPbjJcyaLP
— CASLA Básquet 🏆 (@CASLABasquet) 2 de abril de 2019
Fueron 5 puntos, 10 rebotes (6 en ataque) y 4 tapones los que sumó en 27 minutos en la definición. Y en el torneo, fue el líder en bloqueos (2,1 de promedio) y el quinto en rebotes (7,3) jugando apenas 21,4 minutos de media. En definitiva, un indispensable.
Anthony puede parecer un desconocido para la Liga Nacional de Argentina, pero su currículum es de jerarquía. Debutó en la NBA en 2007, con Miami Heat, y se mantuvo 10 temporadas seguidas en la mejor liga del mundo. De hecho, ganó dos títulos con el Heat (2012 y 2013), compartiendo equipo con aquel gran Big 3 de LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh.
En febrero de 2018 se sumó como un reemplazo temporal en San Lorenzo. Aportó para ganar aquella primera Liga de las Américas, y en esta 2018-2019 volvieron a confiar en él. Vaya si fue una decisión correcta. "Es realmente importante para mí. Estoy muy feliz y emocionado por poder seguir jugando por títulos y compitiendo a un gran nivel. Es especial para mí el hecho de poder hacer algo así en este punto de mi carrera", suelta en una charla exclusiva con NBA.com.
Joel explicó los motivos de su llegada al país. "Como las opciones en la NBA se terminaban, sentí que San Lorenzo y esta Liga eran lugares donde podía aportar. Es una competencia dura y me iba a dar lo que buscaba en cuanto a competir", relata el pivote. Y claro, la llegada al Cuervo hizo todo más fácil, porque se trata de un equipo que está creando una de las mejores dinastías de la historia del básquet nacional (además de bicampeón de Américas, es el actual tricampeón del país).
"Poder jugar en este equipo, con estos jugadores y teniendo estos resultados demuestra que valió la pena tomar esta decisión. Pude aterrizar en un equipo muy bueno, en una gran ciudad como Buenos Aires. La gente de la ciudad te hace sentir muy bien, los aficionados acá son geniales y nos apoyan en todo momento. Son cosas que hicieron la transición mucho más fácil, porque no sabía qué esperar de este desafío. Estoy feliz de que las cosas hayan funcionado", resaltó.
La construcción del obrero
Cuando un chico empieza a jugar al básquet, seguramente sueña con convertirse en un gran anotador. No es el caso de Joel Anthony, cuya filosofía y manera de pensar explican muy bien los motivos de ver cómo lleva adelante con éxito ese rol de obrero silencioso.
"Tuve la suerte de vivir varias experiencias que me hicieron crecer como jugador. Pero este rol parte desde mi ética de trabajo, que comenzó cuando era joven. Creo que haría cualquier cosa que se necesite, siempre estoy dispuesto a sacrificar lo que sea para asegurarme de darle a mi equipo una chance para ganar. Siempre fui así, con la idea de no tener egoísmos y de dejar de lado ciertas cosas para ser mejores. Me enfoco en las cosas pequeñas que necesite el equipo, eso se quedó conmigo para siempre. Es lo que hago. Y me siento orgulloso de eso. Estoy feliz de poder hacerlo todavía", analizó.
Por supuesto que no es fácil llevar adelante un papel así, pero el premio compensa todo para Joel: "Definitivamente no es simple. Pero lo que lo hace más fácil es tener la chance de ganar. Uno hace estas cosas por el equipo, no por uno mismo. Y cuando tenés éxito colectivo, te muestra que esos sacrificios valieron la pena. Estoy muy orgulloso de haber hecho una carrera así".
En la NBA, Anthony también aprendió cuestiones que ayudaron a su personalidad y manera de ser. "Esas experiencias allá me moldearon para este tipo de cosas. Aprendí mucho como jugador ahí, aprendí a conocer lo que se necesita para ser exitoso en determinados momentos. Siempre quise jugar por campeonatos y competir en el más alto nivel. Estoy feliz de que esas cuestiones me hayan servido para aportarlas acá con San Lorenzo", recuerda.
El recuerdo de Manu Ginóbili
Además de Miami, el canadiense pasó por Boston, Detroit y San Antonio. Sí, los Spurs, donde en la 2016-2017 se dio el gusto de jugar con Manu Ginóbili. "Él era muy especial. Jugué muchos años contra San Antonio y él era un jugador difícil para defender, era alguien sin egoísmos. Pero afuera de la cancha es una persona asombrosa. Él era como cualquier estrella de la liga, pero dejó todo tipo de egoísmo y se sacrificó para salir desde el banco durante casi toda su carrera. Y eso te muestra el tipo de persona que es. Esa capacidad realmente debería ser admirada. Será parte del Salón de la Fama, y tuve la fortuna de haber jugado aunque sea un año con él", rememora.
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Su rol en Canadá
Anthony también fue una fija en estos años del seleccionado de Canadá (jugó 9 partidos en Eliminatorias), un conjunto que estará en el Mundial de China 2019 y cuenta con muchísimo talento joven (sobre todo en la NBA) para hacer cosas grandes. "Espero una gran presencia de nuestro equipo. Vamos a tener a todos los jugadores, y no sólo vamos a presentarnos, sino que espero una dura y competitiva actuación. Vamos para ganar partidos", avisó Joel.
¿Estará también él? En el cierre, deja otra muestra de su filosofía. "No sé si voy a jugar. Tenemos muchos jugadores que son capaces de estar ahí. Yo pude tener mi rol en las ventanas de eliminatorias para ayudar a que el equipo esté clasificado, y eso era lo importate para mí. Ya estuve en un Mundial y pude vivir la experiencia. Estoy feliz de que hayamos podido clasificarnos y que pude ser parte de eso. Quería ver a Canadá de nuevo en la escena grande y estoy feliz por lograrlo", señaló.
Joel Anthony es todo un ejemplo de sentido colectivo, de sacrificarse por el bien grupal. Es un ex campeón NBA que ahora disfruta San Lorenzo. Es un obrero silencioso que cualquiera quisiera tener en su equipo, y que se disfruta en Argentina.