Jimmy Butler es uno de los jugadores más difíciles de catalogar dentro de la actual NBA y las etiquetas que solemos ponerles a los jugadores han ido mutando con el correr de los años: desde aquella pieza de rol que asomaba en los Bulls, a un All-Star capaz de anotar por encima de los 20 puntos consistentemente a... ¿una súperestrella?
Hoy en día Butler parece estar en el límite entre ese grupo de máxima élite que conforman siete u ocho jugadores de la competencia y un segundo escalón en el que encontramos un repertorio más variado, con los Paul George, Chris Paul, Ben Simmons, Russell Westbrook y compañía.
Claro que hablar de súperestrella o no súperestrella puede resultar un concepto odioso. Después de todo, las calificaciones de ese tipo son completamente subjetivas... ¿dónde trazamos la línea divisoria?, ¿cuáles son los requisitos? La realidad es que más allá de algunos puntos en común con los que todos vamos a coincidir, a la larga siempre terminará dependiendo de la visión e idiosincrasia de cada uno.
Vayamos entonces a un calificativo mucho más concreto y que le calza a la perfección a Butler en este momento. ¿Pertenece Jimmy a ese grupo de jugadores que pueden ser la primera opción de un equipo contendiente?, ¿puede ilusionarse Miami con el título o al menos con las Finales, teniendo a Butler como su mejor jugador?, ¿o es una Opción B con liderazgo y mentalidad de Opción A? Alguna vez, el oriundo de Houston declaró que TJ Warren no pertenecía a su misma liga... ¿pero cuál es exactamente esa liga?
Esas preguntas encuestran respuestas muy claras y rápidas entre ese puñado de primerísima clase del que hablamos. Absolutamente nadie pondría en duda que un equipo liderado por LeBron James o Kawhi Leonard puede aspirar a lo más alto. O incluso en casos de figuras que aún no han llegado a esas instancias, como Giannis Antetokounmpo o James Harden, la respuesta es obviamente afirmativa. Luego podrán tener mayor o menor éxito, pero es ilógico cuestionar su potencial para alcanzar esos niveles.
Obviamente Jimmy Butler no es LeBron James. Ni es este Kawhi Leonard, ni es Giannis Antetokounmpo. Eso está fuera de toda discusión. Pero la historia de la liga nos ha dado ejemplos, si bien contados, que no siempre hace falta tener a un Top 5 de la competencia para quedarse con el Larry O'Brien. Basta repasar lo hecho por Detroit Pistons en el 2004 con Chauncey Billups como figura principal o lo de San Antonio en el 2014, sin ningún jugador que superase los 16 puntos de media.
En ambos casos, el colectivo compensó la falta de una individualidad todopoderosa. Pero aun así, cuando se necesitó que alguno de sus hombres asumiera el rol protagónico, estos demostraron estar a la altura: Billups subió sus promedios a 21 puntos con un 47% en triples en las Finales ante los Lakers, mientras que un joven Leonard nos dejó una de las actuaciones más completas en la historia de las definiciones NBA, no solo promediando 17,8 tantos sino además por momentos complicando defensivamente a un Lebron James en el pico de su carrera.
Billups no era una súperestrella clásica ni tampoco lo era Kawhi por ese entonces, pero en ambos casos, los Playoffs demostraron que cuando el equipo acompañaba, podían terminar de dar esa cuota de poderío individual tan necesaria. En otras palabras, podían ser los mejores del mejor.
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Por el momento, la sensación es que Miami acompaña. Los de Spoelstra lucen extremadamente sólidos en ambos costados del campo y llegan a las Semis ante los Bucks repletos de confianza y argumentos como para soñar con dar el golpe. Y siempre y cuando ese rendimiento colectivo se mantenga, la única pregunta que resta es la más importante: ¿puede Jimmy dar la pincelada final?
The Heat's ball movement is ready for the postseason 🤯 pic.twitter.com/SCBDeBz6Qk
— ClutchPoints (@ClutchPointsApp) July 23, 2020
Para Butler, esta es la serie más importante de su carrera, por un buen margen de distancia. Es la primera vez que asume el rol central de un equipo con verdaderas pretensiones, en comparación a unos Philadelphia 76ers donde claramente estaba por detrás de Joel Embiid en el organigrama e incluso por momentos, también de Ben Simmons. En Miami, más allá del progreso de Bam Adebayo, no hay dudas de quién es el hombre.
Y si a eso le agregamos que enfrente tendrá al mejor récord y al probable bi-MVP de la liga, la apuesta queda automáticamente redoblada.
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¿Quién es exactamente Jimmy Butler?, ¿podrá mirar a Giannis Antetokounmpo cara a cara en los momentos más calientes de la serie?, ¿podrá ser el toque distintivo que termine de potenciar lo hecho por sus compañeros del Heat? El año pasado, Philadelphia consideró que las respuestas a todas estas preguntas no ameritaban la oferta de un contrato máximo. Equivocado o no, ese fue el mensaje que mandaron los Sixers cuando lo dejaron ir en la Agencia Libre. Miami, por su parte, parece hasta hoy estar convencido de algo distinto.
Y claro que en este caso no hablamos de números... nadie espera que Butler promedie 35 puntos y 15 rebotes como el griego. Porque de nuevo, sencillamente no es esa clase de figura. La expectativa en cambio, está más puesta en los detalles y en los intangibles. En su respuesta en los momentos de presión. En su capacidad para conseguir puntos cuando Miami más los necesite. En poder realizar esa parada defensiva cuando los suyos estén contra la pared... al fin y al cabo, en ni más ni menos que hacer jugadas ganadoras. Las mismas que hicieron Billups en el 2004, Kawhi en el 2014 y tantas otras figuras diferentes, que demostraron que existen vías alternativas de acceso al súperestrellato.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.