Toda historia tiene dos caras, ni hablar en un deporte como el básquet en donde nada es producto de una casualidad o de un factor unidemensional. A la hora de pensar en que Oklahoma City Thunder forzó el séptimo partido en esta serie de Primera Ronda de la Conferencia Oeste, con un sufrido 104-100 en la noche del lunes, bien podríamos mirar hacia otra clase en el clutch de Chris Paul, el jugador más decisivo de la temporada en ese tipo de situaciones límite. Pero claro, también hay que mirar el otro lado de la moneda, porque Houston Rockets hizo bastante (de lo malo, claro) para caer ante OKC y encontrarse en una situación compleja cuando quizás no lo esperaban. Veamos...
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Lo primero debería ser poner sobre la mesa a Russell Westbrook, quien tuvo un final de partido olvidable. Su línea estadística dice 17 puntos (8-15 campo, 1-2 triples), 4 rebotes, 3 asistencias y un robo en 27 minutos. Pero también dice 7 pérdidas, un número completamente desproporcionado para este contexto, que se potencia por los momentos de esas pérdidas. ¿La 'peor' de todas? La del final, en la posesión que terminó condenando a los Rockets después de que CP3 pusiera una ventaja de dos para OKC.
El tema es que los problemas de Houston van más allá de la decisión de Westbrook de penetrar y descargar para Covington con un pase que termina afuera del campo, y son una cadena que iremos tratando de mostrar poco a poco. Las primeras preguntas serían: ¿Cuánta responsabilidad hay de James Harden en el final de Houston? ¿Y cuánto de la defensa de Oklahoma City?
Así comienza esa posesión de los Rockets: no hay presión de OKC en la salida, no hay una búsqueda de negarle el balón a La Barba. Más allá de que hay una clara búsqueda de los Rockets de usar a Westbrook para subir la pelota, ¿hay culpa de Harden por no asumir la responsabilidad de ese momento? Recordemos que no sólo es la principal estrella del equipo, sino que el que toma la última pelota es un jugador que estaba jugando su segundo partido después de casi tres semanas inactivo por una lesión muscular que, de hecho, lo tiene con restricción de minutos. Russ no está al 100%, y así y todo (por diseño, por determinación propia y también porque Harden se lo permite) él se jugó el destino de Houston en el partido. No salió bien esa cuenta.
Ojo, decíamos que el Thunder también tiene algo de 'culpa'. Previamente, Shai Gilgeous-Alexander hizo un gran trabajo para negarle el balón a Harden, llevando a que Westbrook tenga que resolver. ¿Resultado? Doble de media distancia que no tocó aro.
Y aquí, con menos de tres minutos por jugar, la defensa se cierra de manera perfecta, generando un muro que contiene la penetración de Harden y lo lleva a un mal pase a la esquina, buscando a Gordon pero encontrando las manos de... Chris Paul, quien supo leer a la perfección la decisión de su ex compañero.
Esa acción fue probablemente la última donde Harden decidió usar su mejor recurso: penetrar y buscar generar algo. No hay jugador más creativo y decisivo que La Barba a la hora de encarar hacia el aro. Tiene todos los recursos para definir, sin importar el grado de dificultad, y también es un maestro a la hora de generar contacto y sacar faltas. Sin embargo, en el clutch está abusando de sus triples con step-back, algo que hace como nadie pero que está lejos de ser algo mejor que sus penetraciones en ese contexto, por grado de dificultad y eficacia del mismo.
El tema es que, esta vez, Harden ni siquiera pareció apelar a eso. En esta situación, más allá de una pequeña presión inicial, se queda aislado por el eje del campo mientras Westbrook resuelve... ¿Resultado? Pérdida de Russ.
Pero esta es aún más llamativa: la Barba sube la cancha directamente caminando y se queda más cerca de la línea de mitad de campo que del triple. No hay jugador de OKC encima de él que pueda llevar a pensar que la defensa le niega la recepción.
La captura de la imagen es clara. ¿No es una posición por demás pasiva para el jugador más influyente del equipo?
Que quede claro: Westbrook, en la práctica, debería ser el primer responsable. De hecho, sus pérdidas lo exponen. Pero también, como se puede ver en el video, expone su momento: no está al 100% físico, está falto de ritmo y de tiempos. Hay algo de descontrol en sus errores con el balón (sobre todo en el primero y en el último), pero los otros son malos pases que, en otro momento (más rodado) quizás hubiesen terminado de una mejor manera. Incluso hay algunos con salto previo que muestran una falta de explosión habitual en él.
Por eso es que, quizás, en la teoría los focos deberían apuntar a Harden. Es cierto que puede haber un factor físico a la hora de llegar a los cierres. Al cabo, está aplicando un mayor desgaste defensivo que puede limitar sus piernas. Pero eso es tan cierto como que, en determinados momentos, el corazón y la determinación se imponen a lo que manda el cuerpo. Y ahí es cuando las estrellas deben demostrar lo que son, asumiendo el compromiso que el equipo pide. Por más que la indicación haya sido para un lado, a Harden le faltó ese amor propio y convicción para rebelarse al momento, sin importar el resultado, incluso entendiendo que su principal ladero no sólo venía de un mal juego, sino que estaba limitado. ¿Alguien le iba a decir algo por tomar la responsabilidad y fallar? Para nada.
Lo concreto es que Houston llega a un séptimo partido quizás inesperado. Ha sido más que el Thunder en mayores pasajes de la eliminatoria, pero falló mucho en momentos clave que le salieron caros. Incluso fallaron sus estrellas, esas que en el pasado también acumularon más frustraciones que aciertos en estos momentos límite. Los Rockets, Westbrook y, sobre todo, Harden están ante una prueba de fuego en este séptimo partido. ¿Se vendrá el primer gran momento de Harden en Playoffs? ¿O tendremos una página más en su colección de frustraciones?
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