Si bien se podría decir que la era de los Splash Brothers llegó a su fin en Golden State, esa afirmación sería continuar con el mismo error que lastimó a los Warriors en las últimas dos temporadas: la creencia de que Klay Thompson todavía era aquel jugador que supo ser ladero ideal de Stephen Curry.
Lo cierto es que aquella gloriosa era con dos de los mejores tiradores que la NBA haya visto en su historia, se acabó en el momento en el que Thompson sufrió dos devastadoras lesiones entre 2019 y 2021. Y si bien le trajo una última alegría a la franquicia californiana en 2022, con el cuarto anillo para la dupla, las últimas campañas mostraron una realidad ineludible: Klay pasó a ser un peso para el equipo. Una carga.
El declive de Thompson no va solo desde lo estadístico, aunque allí también se observa a las claras. Sin ir más lejos, en la 2023-2024 Golden State fue 7.6 puntos cada 100 posesiones mejor con Klay en el banquillo, en contraste con lo hecho mientras estuvo en el campo.
El escolta surgido de Washington State lanzó apenas un 38.8% de campo y bajó a un modesto 36.8% en triples, con el agregado de que todo su aporte continuó circunscribiéndose a su ya terrenal rendimiento como triplero. Muy atrás quedaron los años del Thompson fuerte en defensa -hoy es un jugador apuntado por los ataques rivales-, mientras que nunca fue capaz de ayudar a su equipo a la hora de manejar o pasar el balón.
El problema no estaba solo en el notorio declive físico de Thompson, sino que se potenciaba por dos motivos: un jugador incapaz de reconocer sus propias y nuevas limitaciones y un Steve Kerr demasiado respetuoso -posiblemente con lógica- de la historia de Klay con el equipo.
Claro ejemplo de esto es que, en la temporada pasada, Thompson fue, por lejos, el segundo jugador de Golden State con más tiros intentados -14.7 por partido- y el segundo con más minutos -29.7 por encuentro-.
Klay promedió casi 4 minutos y más de 3 lanzamientos más que un Jonathan Kuminga en pleno ascenso y que claramente representaba una opción más confiable para los Warriors. Incluso, Thompson tuvo mayor promedio de minutos que un todavía rendidor Draymond Green -27.1 por partido- o que un novato de buena producción y versatilidad como Brandin Podziemski -26.6 minutos-. Recordando, una vez más, que los Warriors tuvieron un net rating casi 8 puntos inferior con Klay en el campo, demostrando que ese protagonismo estuvo lejos de justificarse con el rendimiento del equipo durante esos tramos.
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La mera salida de Klay hará mejores a los Warriors. Incluso sin tener en cuenta a su reemplazo, esos 30 minutos y casi 15 tiros por partido se repartirán en jugadores más confiables, jóvenes y productivos como Podziemski, Kuminga y un Andrew Wiggins que, si bien viene de una mala temporada, también ofrece más que su ahora excompañero.
A ello hay que sumarle a los reemplazos que Golden State consiga en el mercado. En principio, ya firmaron a un escolta como De'Anthony Melton que viene de dejar gratísimas impresiones con los 76ers y que puede incluirse en la lista de jugadores más subvalorados de la competencia. En su carrera, Melton tiene el mismo porcentaje triplero que el Klay de la 2023-2024 -37%- pero no hay punto de comparación entre lo que además ofrece en defensa y, en menor medida, como pasador.
De hecho, con Payton II, Melton, Podziemski, Kuminga y Wiggins, Golden State conforma uno de los mejores perímetros defensivos de la liga, para complementar lo que ofrecen Green y Looney en la pintura, más el desequilibrio de Curry en ataque.
¿Falta talento en ataque para apoyar al Chef? Seguramente. Pero también faltó en la campaña pasada y, aun así, los Warriors terminaron con el octavo mejor rating ofensivo de la liga... Y no precisamente gracias al nuevo jugador de los Dallas Mavericks.
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