Cuando una estrella del calibre de Donovan Mitchell sale al mercado las otras 29 franquicias han de hacer todo lo posible para conseguirle. Eso mismo es lo que Cleveland Cavaliers hizo en la pasada offseason, haciéndose con los servicios de un fijo en el All-Star y uno de los mejores anotadores exteriores de toda la NBA.
Los Cavs vieron su oportunidad y se lanzaron a ello. Venían de su mejor temporada tras la segunda marcha de LeBron James y rozaron con la yema de los dedos los Playoffs. Impulsados por un plantel joven el cielo era el límite para ellos y Mitchell iba a ejercer como acelerador del proyecto.
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Y así ha sido. Spida ha encajado como anillo al dedo en estos Cavaliers, haciendo de ellos uno de los mejores ataques de toda la NBA y elevando sus opciones de campeonato considerablemente.
Sin embargo, por el camino se ha dado una consecuencia directa del traspaso de Donovan Mitchell que amenaza con poner en peligro parte de lo construído hasta el momento. 18 partidos después de comenzar la temporada el papel de Evan Mobley en estos Cavs está todavía por descifrar. El finalista por el premio al Novato del año el pasado curso no está disfrutando de un arranque a la altura de lo que se esperaba. Quizá no tanto por su propio desempeño como por el rol que le está tocando realizar y que está condicionado por el overbooking ofensivo de Cleveland.
La mejor prueba de esto se dio en la cómoda victoria de los Cavs sobre Portland Trail Blazers por 114 a 96 en donde la aportación de Mobley fue más bien discreta. Con 10 puntos, 12 rebotes y 3 tapones uno puede pensar que el joven interior cumplió con su papel, pero revisando de cerca su partido apenas tuvo impacto real en el juego.
El #3 del Draft de 2021 se fue con una serie de tiro de 4 de 10 (40%) pese a disputar 35 minutos, siendo este el segundo partido consecutivo en donde no supera los 10 puntos y el 5º en 18 noches disputadas.
Mobley ha pasado de tocar el balón una media de 59 veces por partido a tan solo 53. Sus intervenciones se están centrando más en circular alrededor del aro que mantener la proyección de cuatro abierto y móvil que dejó la temporada previa.
El cambio de rumbo en la configuración del sistema ofensivo ha desplazado a Mobley a un segundo plano. Ahora sus oportunidades en ataque vienen de continuaciones y rechaces, viéndose reducidas las opciones de las que dispone para tomar decisiones con la bola.
La parte positiva de todo esto es que sus porcentajes son altos, conectando el 80% de sus intentos en el aro y el 45,5% en el resto de la zona restringida. Además, ha encajado bien junto a Mitchell, pues anota el 57,9% de los pases que este le entrega.
La cuestión no es tanto lo que consigue, sino su relevancia dentro del sistema y que se maximicen sus virtudes físicas y técnicas. Algo que, por el momento, no está ocurriendo.
Las opiniones aquí expresadas no representan necesariamente a la NBA o a sus organizaciones.