Los Phoenix Suns tienen un problema grave. Y ni siquiera al enfrentar a unos San Antonio Spurs sin Victor Wembanyama son capaces de ocultarlo.
¿De qué se trata? De su rendimiento en los últimos cuartos, lo cual ya empieza a tomar tintes alarmantes en un equipo con jugadores como Kevin Durant, Devin Booker y Bradley Beal, quienes deberían dar respuestas firmes en esos tramos decisivos.
Phoenix cayó ante San Antonio por 104-102, en otro partido en el que no encontraron respuestas en el momento decisivo del juego: abrieron apenas un punto abajo y, en un abrir y cerrar de ojos, ya tenían un -9 en el marcador. Y aunque -en parte- pudieron revertirlo en los minutos finales para llegar a un cierre parejo, lo cierto es que volvieron a ser superados en el período más importante, en este caso por 29 a 28.
La caída ante los Spurs es solo un ejemplo de un defecto mucho más profundo y repetitivo. Porque no es que los Suns sean solamente el peor equipo en últimos cuartos de esta temporada, sino que lo son por un campo de diferencia con el resto: en promedio, pierden esos cuartos períodos por exactamente 3 puntos. ¿El siguiente peor en la tabla? Miami, con un -1.4. Es decir, Phoenix es más de dos veces peor que cualquier otro conjunto de la competencia.
Y hay más. Desde el año 2000 en adelante, el diferencial de -3 de los Suns es el cuarto peor para una temporada. Pero con un detalle todavía más preocupante: los otros tres casos son de equipos de fondo de clasificación, ubicados entre los peores de esa campaña. A diferencia de un Phoenix que, incluso con esta carencia, tiene récord de 42-30.
Equipo | Temporada | Récord | Diferencial |
---|---|---|---|
San Antonio Spurs | 2022-2023 | 22-60 | -3.9 |
Portland Trail Blazers | 2021-2022 | 27-55 | -3.6 |
LA Clippers | 1999-2000 | 15-67 | -3.1 |
Phoenix Suns | 2023-2024 | 42-30 | -3.0 |
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¿Qué está fallando en estos cierres? La falta de un base natural en el roster parece ser uno de los problemas claros. Sabido es que Phoenix afrontó esta temporada sin un jugador en esa posición y no sorprende que, por ejemplo, sean el que más balones pierde -4 de promedio- en estos cuartos parciales. O que aparezcan 26° en asistencias en esos mismos tramos.
La previsibilidad ofensiva también aparece como un defecto. Durant (7,2 puntos), Booker (5,2) y Beal (4,1) consiguen sus puntos, pero nadie más pasa de los 2,3 tantos en los últimos cuartos de los Suns. Jusuf Nurkic apenas llega a esa cifra, mientras que a Eric Gordon (36% de campo) y a Grayson Allen (39% de campo) se les cierra el aro en los momentos más calientes. Y, como mencionamos, no solo no anotan, sino que tampoco dan soluciones asistiendo o generando juego.
Más que nunca, cuando importa, los Suns se transforman en un unipersonal de quien sea que tenga la bola en esa posesión: KD, Booker o Beal, sin opciones sorpresivas o inesperadas.
1C | 2C | 3C | 4C |
+1.2 | +2.0 | +2.7 | -3.0 |
Mirando hacia adelante, y por más que haya virtudes y momentos que hacen lucir a Phoenix como un contendiente real de la temporada, no es casualidad que esos otros equipos históricamente malos en los últimos períodos hayan tenido récords tan magros. Las debacles en los cierres de los partidos suelen ser fijas de los conjuntos perdedores y, aunque los Suns no lo sean, por momentos lo disimulan muy bien.
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