En el 2009 Dwight Howard llevó a Orlando Magic a las Finales de la NBA. Tenía apenas 23 años, ya era campeón olímpico, acababa de ganar su primer premio a mejor defensor de la NBA y llevaba un par de temporadas como All-Star y All-NBA. Los de Florida apenas le ganaron un partido en las Finales al Los Angeles Lakers de Kobe Bryant y Pau Gasol, pero todo era prometedor con Howard.
El tema es que ese terminó siendo el pico de la carrera del pivote oriundo de Atlanta que fue la elección número uno del Draft 2004. Acumuló varios logros más individuales: hoy tiene un currículum con ocho presencias en el All-Star Game, ocho nominaciones All-NBA (cinco al primer quinteto) y fue escogido dos veces más como mejor jugador defensivo de la liga, pero desde que no cumplió con las expectativas en la temporada 2012-2013 con los Lakers, Howard pareció quedar marcado.
Continuó decayendo a medida que el estilo de juego de la NBA fue alejándose de uno ideal para sus características y entre eso y sus problemas físicos casi se queda sin equipo para jugar la temporada 2019-2020: terminó firmando su retorno a los Lakers para suplir a DeMarcus Cousins después de la lesión del ex Golden State Warriors, pero a los 34 años no se esperaba mucho de él. Sin embargo, desde un rol pequeño (18,9 minutos por partido en fase regular y 15,7 en Playoffs), aunque con algunos momentos interesantes como en la serie de Finales de Conferencia ante Denver Nuggets, Howard terminó contribuyendo y logró algo de redención y un anillo de campeón, algo que muy pocos jugadores de los miles que han pasado por la NBA pudieron alcanzar.
MÁS | La salvación de Dwight Howard
De hecho, cracks históricos como Charles Barkley, Steve Nash, Karl Malone y Elgin Baylor no pudieron conocer la sensación de consagrarse a nivel de equipo, algo que Howard vive en estos momentos.
Igualmente, en los últimos 20 años Dwight no es el único jugador que supo pasar de ser estrella de un equipo a tener un rol de suplente en el final de su carrera para obtener un campeonato. Otros ya lo han hecho y ahora pueden presumir, además de haber sido al menos dos veces All-Star en su mejor momento individual, de tener un anillo de campeón en sus vitrinas personales.
El caso más parecido al de Howard fue el de Alonzo Mourning, campeón con Miami Heat en el 2006. Zo era una súperestrella en el Heat al final de la década del 90: otro pivote que se lucía en la protección del aro propio como el actual de los Lakers y que estuvo cerca de llevar a Miami a unas Finales, además de terminar segundo en la votación del MVP de la temporada 1998-1999. Pero en el 2003 debió retirarse al necesitar de un transplante de riñón y se acabaron sus épocas como figura. Volvió al básquet y regresó al Heat, ya como suplente de Shaquille O'Neal. Con 36 años, se consagró en el 2006 jugando 10,8 minutos por partido en postemporada.
En esa misma campaña del Heat también logró su primer anillo Gary Payton, otra figura de los 90 que recién se coronó a los 37 años oficiando de base suplente en la postemporada, aunque con más minutos e importancia (24,3 por partido).
MÁS | Ganar sin una tercera figura: ¿cuántos campeones NBA lo consiguieron a lo largo de la historia?
Antes de ellos dos, más nombres rutilantes de los 90 habían ido por ese camino: Mitch Richmond, miembro del salón de la fama, seis veces All-Star y cinco veces All-NBA, recién logró tocar el trofeo Larry O'Brien en el año 2002, jugando apenas cuatro minutos en esos Playoffs para Los Angeles Lakers. Richmond ya tenía 36 años y, aunque había sido All-NBA cuatro años antes, estaba muy afectado por las lesiones. Glenn Robinson, el pick número uno del Draft 1994 y All-Star en 2000 y 2001, también fue un "campeón testimonial": jugó 8,7 minutos por partido en los Playoffs 2005 con San Antonio Spurs, teniendo solamente 14 minutos en cancha en las Finales ante Detroit Pistons. Tanto Richmond como Robinson se retiraron al ser campeones.
En la última década también ocurrieron historias similares. Peja Stojakovic, uno de los mejores jugadores que han surgido de la gran región de los Balcanes y que fue tres veces All-Star entre 2002 y 2004, dejó el básquetbol profesional siendo campeón con Dallas Mavericks en 2011: jugó 6,4 minutos por partido en las Finales en la que los texanos vencieron a Miami Heat por 4-2, metiendo apenas dos puntos y sin tener acción en los dos últimos encuentros.
MÁS | Los Angeles Lakers y el uno por uno del campeón
A aquel Miami Heat de LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh se sumó Rashard Lewis para ser campeón en 2013: el All-Star en 2005 (con Seattle SuperSonics) y 2009 (siendo jugador de Orlando Magic), llegó al sur de Florida con 32 años para darle tiro de tres puntos al Heat. Apenas promedió 1,5 puntos en 4,3 minutos por partido en postemporada, pero consiguió su anillo, ingresando solamente a disputar minutos "basura" en las Finales.
Por último, Golden State Warriors también tuvo a sus veteranos "caza anillo". En realidad David Lee ya llevaba más tiempo en la franquicia con la que había sido All-Star en 2013 (también lo había sido con New York Knicks en 2010), pero para cuando fue campeón en 2015 apenas jugó 8,2 minutos por partido en Playoffs, desplazado por la aparición de Draymond Green.
David West, el ladero principal de Chris Paul en las épocas del base en New Orleans y All-Star en 2008 y 2009, sí andaba buscando su anillo cuando se sumó a los Warriors en la 2016-2017, luego de un intento que no llegó a concretarse en San Antonio Spurs. Fue una presencia constante en los Playoffs del 2017, promediando 10 minutos por partido en las Finales, y ya tuvo menos lugar en 2018, con un promedio de 7 minutos en las Finales, pero logró conseguir dos anillos de campeón antes de retirarse a los 37 años de edad.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.