Apenas tiene 23 años y recién está viviendo su tercera temporada en la NBA, pero ya es como si Donovan Mitchell llevase toda una vida en la mejor liga del mundo. El escolta irrumpió en la liga como pocos en los últimos años, siendo ya el máximo anotador del equipo en su primera temporada.
Dos años después Donovan ya es el claro líder de Utah Jazz dentro y fuera de la cancha. Su talento ofensivo llama aún más la atención en un equipo que es brutal en defensa pero que no va sobrado de puntos en ataque, y que extrañará mucho al segundo máximo anotador de la franquicia en la 2019-2020, el alero Bojan Bogdanovic. El croata llegó para servir como segunda opción de Mitchell y estaba aportando 20,2 puntos por partido además de tomar varias responsabilidades en el clutch, pero no está en Orlando debido a una lesión en la muñeca derecha.
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Utah, uno de los protagonistas del Oeste (está ubicado cuarto con récord de 41-23), deberá reemplazar esa cuota de puntos. Mitchell, uno de los máximos anotadores de la NBA (el décimotercero de la liga, con 24,2 unidades por encuentro), probablemente tendrá mayor carga de cara al aro, pero no todo se puede enfocar en él. El número 45 del Jazz lo tiene bien claro y por eso piensa en potenciar otra faceta de su juego que es buena pero que tiene camino para evolucionar: su rol como armador.
"Me enfoqué en convertirme en un mejor pasador. Alguien más dispuesto a pasar el balón. Pienso que sin Bojan (Bogdanovic) vamos a necesitar jugadores que tomen ese rol que él tenía, así que para mi se tratará de tomar los tiros que pueda pero también de darle oportunidades más fáciles a mis compañeros, lo que también lo hará más fácil para mi. Eso no solamente me ayudará ahora, sino en el resto de mi carrera", le comentó Mitchell a la prensa este jueves.
El guardia de Utah promedia 4,2 asistencias por partido en la temporada actual, misma cifra que en la temporada 2018-2019, en la que compartía cancha con un base de pura cepa como Ricky Rubio. Ahora está Mike Conley, pero el ex Memphis se ha perdido varios partidos por lesión en los que Mitchell fue directamente el base, haciéndolo muy bien. Y el máximo asistidor del equipo es un jugador muy completo como Joe Ingles (5,2 asistencias por partido), pero por quien más pasa la pelota es sin dudas por Mitchell. Su porcentaje de uso de balón es del 31%, un 5,7% mayor al de Jordan Clarkson, el de segundo mayor registro de los que están en Orlando.
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Según Stats NBA, Mitchell da unos 40,9 pases por partido (4,2 terminan en asistencia y 1,1 en pérdida de balón). Esa cifra es apenas el doble de los tiros que intenta por encuentro: realiza unos 19,6 lanzamientos al aro. Un número que demuestra evolución en él es que, a pesar de haber actuado más como base, su cantidad de pérdidas por pases mal dados ha decaído: de 1,7 por encuentro en la 2018-2019 al 1,1 actual. Su número total de pérdidas sigue en 2,7 por juego pero porque incrementó las suyas propias por mal control del balón.
"Lo más importante para mi es no permitir que el nombre que cree dentro y fuera de la cancha afecte lo que estoy haciendo. Tengo que continuar trabajando, ser un mejor compañero de equipo, ser un mejor líder, ser un mejor jugador. Con todo lo que tuve a una edad temprana es fácil quedarse conforme, pero trato de hacer lo opuesto y enfocarme en el juego sin que lo otro me cambie. Fui bendecido con una gran oportunidad como novato, la pude aprovechar y continuar desde ahí. Tengo que liderar en todo lo que pueda, sea en las comidas, en los videojuegos (risas), en la cancha, en la defensa. Salir ahí y conducir con mi voz. Al final del día llevo tres años acá pero me veo como más que eso" , suscribió también Mitchell, que a pesar de su corta edad ya fue capitán de la Selección de Estados Unidos en el Mundial de China 2019.
La estrella del Jazz también se hizo un tiempo para valorar el trabajo y sacrificio de los entrenadores y del resto del personal que acudió a Orlando para la reanudación de la NBA.
"El entrenador hizo un gran trabajo. Es enorme ver a los entrenadores así, se está pareciendo a un ambiente de universidad. Creo que hay una relación muy buena entre el entrenador Quin (Snyder) y nosotros como equipo, pero puede que en otros equipos no sea así, así que esto puede acercar a todos los entrenadores a sus jugadores en los entrenamientos, los almuerzos, las cenas. Hay una o dos horas extra para relacionarse y conocernos. Yo siempre tuve una buena relación con Quin y todos los entrenadores, a todos los de nuestro cuerpo técnico les quiero agradecer, también a los preparadores físicos, la gente de utilería, todos hacen sacrificios para esto. Es importante demostrar el cariño".
Por último, Mitchell profundizó en lo de "ambiente universitario" entre tantos colegas y expresó que piensa que todo cambiará en unas semanas.
"Creo que por ahora hay como una sensación universitaria. Conozco a muchos jugadores de la liga con los que tengo buena relación. Pienso que cambiará cuando empiecen los partidos. Más que nada cuando empiecen los Playoffs, se empezará a ver una separación. La competitividad se activará. Ahora es bueno reencontrarse con otros jugadores dentro de esta experiencia loca, viviendo en una burbuja con todo el mundo viendo lo que haces. Tengo amigos como Jayson Tatum, Bam Adebayo, Kyle Kuzma, a los que conozco hace tiempo. Poder pasar el tiempo con ellos está bueno, pero una vez que empiecen los partidos cambiará todo".
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.