Los Dallas Mavericks cerraron la preparación de la mejor manera posible, venciendo a los Philadelphia 76ers por 118-115 en el primer juego de la mini-pretemporada que llega a tiempo suplementario.
Los Sixers parecían tener el encuentro controlado en el último cuarto, pero tal como les sucedió en su presentación previa ante Oklahoma City, dejaron escapar la ventaja, terminando los amistosos con marca de 1-2. Dallas, por su lado, entra a los seeding games habiendo ganado dos juegos y perdido el restante.
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Un tridente inesperado
El factor clave para la reacción de Dallas fue nada menos que JJ Barea. El puertorriqueño entró recién en el último cuarto y cambió por completo el partido, siendo indefendible para los guardias rivales. Barea terminó con 14 puntos y un 5-9 de cancha en 15 minutos, incluyendo triples decisivos tanto en el cuarto parcial como en la prórroga. Otra muestra de que cuando Carlisle lo necesita, JJ siempre responde.
C L U T C H JJ!!! 🔥🔥#MFFL | @jjbareapr pic.twitter.com/U9GJMEAkKR
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Así como el ingreso de Barea fue destacado, en los Mavericks también se destacó la labor de Antonius Cleveland, en una segunda unidad de súper small-ball, en el que él, Josh Reaves y Justin Jackson complementaban a dos bases pequeños como Barea y Trey Burke. Cleveland sumó 14 puntos y un 5-8 de campo, mientras que Reaves colaboró con 7 unidades en 9 minutos. Barea (+13), Cleveland (+10) y Reaves (+9) tuvieron el mejor +/- del ganador.
En la primera mitad, los Mavericks habían tomado la delantera gracias a una inusual fortaleza defensiva, que logró dejar a Philadelphia (sin Joel Embiid, preservado) en apenas 39 puntos. En esos 24 minutos, Kristaps Porzingis brilló en ambos costados, ganándole claramente el duelo tanto a Al Horford, como especialmente a un Norvel Pelle por momentos perdido en defensa. El letón perdió eficacia en el segundo tiempo y ayudó a que Dallas desperdicie la renta de 15 puntos que había conseguido. Porzingis acabó con 17 puntos y 12 rebotes, pero con un irregular 4-11 de cancha.
El que no tuvo nada de irregular fue Luka Doncic, máximo anotador de los de Carlisle con 23 puntos, 7 rebotes y 6 asistencias. El esloveno ya había tenido un buen comienzo de partido y con la idea de neutralizarlo, los Sixers apostaron por abrir el segundo tiempo con el rookie Matisse Thybulle en su marca. Lo que hizo Doncic con el novato fue una verdadera clase, anotándole en el uno contra uno frecuentemente, gracias a sus recursos y mayor fortaleza física.
The dynamic duo 🤩 #MFFL | @kporzee @luka7doncic pic.twitter.com/krRVwxD9UC
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Como es lógico, cuando Doncic dejó la cancha a mediados del tercer cuarto, la ofensiva de Dallas se desplomó y recién volvió a resurgir de la mano de Barea.
Harris, el único titular preciso
Por el lado de los Sixers, la mayoría de sus titulares tuvieron una actuación para el olvido: Ben Simmons acabó con 4 puntos, mientras que Josh Richardson y Shake Milton sumaron 5 tantos. Entre los tres se combinaron para un 5-22 de cancha.
Así de mal había comenzado Al Horford en el primer tiempo, pero el dominicano logró enderezar la puntería en el segundo, terminando con 14 puntos y un 6-15 de cancha. El ex Boston perdió claramente el mano a mano con Porzingis en el inicio, pero mostró su jerarquía para contrarrestar al europeo durante el tercer parcial y ayudar a que los Sixers ganen ese tramo por 41-26.
De todas maneras, la gran figura de Philadelphia resultó ser Tobias Harris, sumando 28 puntos y 11 rebotes en 29 minutos de acción y siendo el único inicial que lanzó bien de cancha: 10-20 y 3-6 en triples. Harris cerró una muy buena preparación en su caso en particular, promediando 17,3 puntos y 8 rebotes en 25 minutos por juego.
Tough work, T.
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Entre los suplentes, lo más sólido de los Sixers vino de la mano de Kyle O'Quinn con 7 puntos, 11 rebotes y 4 tapas, junto a Alec Burks (15 puntos y 7 asistencias) y un Matisse Thybulle que estuvo curiosamente mucho más certero en ataque (14 puntos, 6-9 de campo) que en defensa, donde ya marcamos sus problemas para mantenerse con Doncic.
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