Hace menos de dos años, Cleveland Cavaliers parecía una franquicia lista para brillar a corto plazo. Atrás habían quedado sus tres temporadas consecutivas de un 30% de victorias o menos, esas que siguieron a la salida de LeBron James rumbo a Los Angeles.
Darius Garland y Jarrett Allen tenían nivel de All-Stars (lo fueron en la 2021-2022) a los 23 años y la elección de Evan Mobley en el Draft se había probado como exitosa.
Un año después, en septiembre de 2022, llegó Donovan Mitchell con el cartel de ser el jugador listo para llevar a la franquicia a dar el paso adelante que le faltaba y varios años de contrato por delante.
Una gran Fase Regular de 51 triunfos (la mejor de los Cavs en su historia exceptuando las temporadas de LeBron James y el tramo entre 1989 y 1993 en el que estuvieron a dos partidos de jugar las Finales NBA) empezaba a mostrar que todo podía andar bien, con una defensa de las mejores de la liga comandada por Mobley y Allen y un ataque liderado por dos guardias a los que se les caen los puntos de las manos, Mitchell y Garland. Pero New York Knicks les dio una cachetada de realidad en la primera ronda de Playoffs, solamente les permitió anotar más de 97 puntos en uno de los cinco partidos y los eliminó muy rápido.
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Los Cavs mantuvieron expectativas para esta campaña, apenas con un movimiento importante en el mercado: la llegada de Max Strus, finalista con Miami Heat, por Cedi Osman, habitual suplente, y Lamar Stevens, un jugador que no había sido tenido en cuenta en la rotación de Playoffs. También llegó Tristan Thompson -campeón en 2016 con la franquicia-, para darle algo de descanso a los interiores en la Fase Regular y ser el líder de experiencia en un vestuario joven.
Y sin embargo, el mismo esquema no está dando los mismos resultados. Cleveland salió del partido 25 de su temporada con una derrota ante Boston Celtics y su récord es de 13-12, lo que le alcanza nomás para el noveno puesto del Este (una conferencia en la que cinco de los seis equipos que tiene detrás empezaron con expectativas mucho más bajas). Y a eso ahora le suma algo que probablemente hará de su próximo mes un tema tortuoso: las lesiones de Evan Mobley y Darius Garland.
Mobley lleva cuatro partidos sin jugar, de los cuáles Cleveland perdió los últimos tres por siete puntos de diferencia o más, por una lesión en la rodilla izquierda que requiere cirugía artroscópica. Esto lo tendrá fuera de las canchas por seis a ocho semanas, con un posible regreso recién para el comienzo de febrero, ya en la segunda mitad de la Fase Regular.
Garland se fracturó la mandíbula al chocar contra Kristaps Porzingis en el partido de anoche y también tiene que pasar por el quirófano: su plazo de recuperación se es estimado en un mes, lo que lo ausentará de al menos 10 partidos y puede que varios más.
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Ahora los Cavs no tienen un cartel de urgencia encima gracias a que la existencia del Play-In le permite tener competencia al top 10 de la Conferencia y no solamente a los ocho mejores equipos, lo que les da el importante respiro de saber que sería muy extraño no poder participar ni del Play-In dada la actualidad del Este. Pero seguir esta mala racha sin Garland ni Mobley también los pone muy cuesta arriba a la hora de pensar en llegar a Playoffs en el top 5, como favoritos en la primera ronda. Eso es para lo que está armado este equipo.
Antes de fin de año los Cavs tendrán rivales duros enfrente, como Milwaukee, Dallas, New Orleans o Houston, o directos como Chicago y Atlanta, y los deberán enfrentar sin uno de sus estandartes defensivos y sin su segundo mayor anotador y base titular del equipo. Con Dean Wade o Tristan Thompson por Mobley Cleveland siente mucho no tener a Evan, y para Garland tampoco hay reemplazo natural.
Ingresar mediante Play-In no solamente puede ser muy duro (hoy tendrían que vencer a Toronto Raptors y a Miami Heat o Brooklyn Nets en partidos consecutivos, el segundo de ellos como visitante) sino que el premio de eso sería tener como rival en la primera ronda a Boston Celtics, Philadelphia 76ers o Milwaukee Bucks probablemente, un baile para el que los jóvenes de los Cavs puede que todavía no estén listos sin más que una victoria en un partido de Playoffs como experiencia.
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Más allá de las lesiones, la irregularidad está siendo una constante para un equipo que el año pasado lucía sólido y que en las últimas semanas solo puede vanagloriarse de una victoria ante Orlando Magic y otra ante Miami Heat, ambas siendo Mitchell dependientes.
Y esta versión más egoísta de Donovan, de la que dependerán mucho al no estar ni el segundo ni el tercer foco habitual de los ataques, puede firmar partidos de más de 30 puntos rutinariamente pero también daña a la ofensiva del equipo como conjunto -y a su eficiencia personal-. Y todo esto mientras se lo empieza a mencionar de nuevo como un posible protagonista del mercado recién reiniciado, con equipos como Brooklyn Nets o New York Knicks interesados de nuevo en él.
No parece que en Cleveland vayan a elegir el camino de dar un movimiento fuerte, salirse de la carrera de este año y reformular piezas, pero si no sobreviven a este mes y se reencuentran con su mejor versión pronto, empezará a parecer que su momentum ya pasó mientras que las luces se las llevan otros equipos jóvenes del Este como Orlando Magic o Indiana Pacers.