La clase 2009 del Draft tuvo una particularidad bastante llamativa a la hora de recordar lo que dejaron las campañas de novatos de sus integrantes. Y es que con la excepción diferencial de Stephen Curry, cuatro de los cinco jugadores que recibieron más votos para el Rookie del Año fueron bases de muy buenas actuaciones como rookies, que rápidamente demostrarían no estar a la altura de lo que podía esperarse de ellos: Tyreke Evans (1° en la votación para el ROY), Brandon Jennings (3°), Darren Collison (4°) y Jonny Flynn (5°).
Esa generación parecía destinada a revolucionar la NBA, introduciendo un extenso grupo de guardias de altísimo nivel. Y aunque parte de esa promesa se cumplió de la mano de leyendas (Curry, Harden) y otros All-Stars (Holiday y Teague), casi todos los que estaban mejor valorados al finalizar la 2009-2010 acabaron teniendo una carrera muy por debajo de las expectativas. Y en ese sentido, lo de Evans y Jennings sobresale por encima del resto. No porque hayan tenido peores años que Collison o Flynn, sino por lo alto que habían dejado la vara en su primera campaña.
Evans ganó el ROY con promedios de 20,1 puntos, 5,8 asistencias y 5,3 rebotes. Hasta ese entonces, solamente otros tres jugadores habían promediado un 20-5-5 como novatos (desde entonces se sumó Luka Doncic): Oscar Robertson, Michael Jordan y LeBron James. Y si bien nadie esperaba que el jugador de Sacramento se transformara necesariamente en una figura de ese calibre histórico, lo que terminó ocurriendo no estaba en los planes de nadie en ese momento.
No solo Tyreke ni siquiera se acercó a un nivel de All-Star, sino que desde esa 2009-2010 sus promedios se vinieron a pique. Nunca volvió a promediar por encima de los 20 tantos y acabó merodeando por New Orleans, Memphis e Indiana, sin demasiada relevancia. Justamente mientras representaba a los Pacers, llegó un golpe que pudo ser fatal para su carrera NBA: fue prohibido de la liga durante dos años por violar los términos del Programa Anti-Drogas.
A sus 32 años, veremos si volvemos a ver algún día a Evans en la liga. Pero lo que es seguro, es que la ilusión de su campaña de novato nunca terminó siendo justificada.
This Tyreke Evans’ game-winner is still wild! (2010) pic.twitter.com/Rhdt9wtg05
— ThrowbackHoops (@ThrowbackHoops_) August 4, 2021
Algo similar puede verse en el caso de Brandon Jennings, cuyo cumpleaños 32 (este jueves) funcionó como disparador de este repaso. Los números del base de los Bucks (15,5 puntos y 5,7 asistencias) no fueron tan espectaculares como los de Evans, pero la vara quedó altísima por dos motivos. El primero fue aquella noche en la que le anotó 55 puntos a los Warriors, alcanzando una cifra que como rookies solo habían conseguido Wilt Chamberlain, Elgin Baylor, Earl Monroe y Rick Barry. El segundo motivo pasó por su rendimiento en Playoffs: Milwaukee cayó en 1° Ronda ante los Hawks por 4-3 y Jennings brilló en esa serie con 18,7 puntos por encuentro, representando en ese entonces la 19° marca anotadora más alta de la historia para un rookie en postemporada.
Pero como en el caso de Evans, esa 2009-2010 fue la primera y única ocasión en la que Jennings apareció en esa clase de hitos junto a otras leyendas. El base tuvo algunos otras campañas sólidas con los Bucks, pero nunca a la altura de lo prometido y terminó girando por Detroit (donde sufrió la rotura del Aquiles), New York, Orlando y Washington, antes de tener un regreso a los Bucks en la 2017-2018. La última vez que lo vimos en una cancha como profesional fue en 2019 en Rusia, con apenas 29 años. Otra carrera fallida, al menos en relación a lo que se esperaba.
Every bucket.
— Milwaukee Bucks (@Bucks) November 14, 2020
Relive Brandon Jennings' historic 55 point performance from November 14, 2009!! pic.twitter.com/Z3so0V4a3L
Claro que Evans y Jennings no están solos en esto de tener campañas fenomenales como novatos para luego pincharse. De hecho, solo un año antes vimos un caso similar: el de OJ Mayo. Excelente temporada de rookie en Memphis con una media de 18,5 puntos, pero un bajón claro a partir de allí. Nunca pudo superar esos 18,5 tantos de media y para su tercera campaña ya estaba en 11,3 unidades y siendo suplente en los Grizzlies. Mayo jugó su últmo partido NBA con los Bucks en la 2015-2016 y como Evans, también fue suspendido de la liga por violar las normas del Programa Anti-Drogas.
En los mismos Kings vimos algo parecido a principios de los años 90, con Lionel Simmons. El séptimo pick del Draft tuvo un primer año sumamente promisorio, promediando nada menos que 18 puntos, 8,8 rebotes, 4 asistencias, 1,4 robos y 1,1 tapones. Números que solamente consiguió otro rookie en la historia: Alvan Adams en 1976. Simmons parecía encaminado a transformarse en una súperestrella, pero jamás cumplió con ello y para su quinto año con los Kings, ya había perdido la titularidad. Desde allí no volvió a pasar de los 5 tantos de media, complicado por diferentes problemas físicos.
El de Alvan Adams es otro de los casos que podríamos mencionar. Porque si bien es cierto que el pivote terminó teniendo una sólida carrera de 13 años, mayormente como titular, nunca estuvo a la altura de esa campaña de novato para los Suns: promedió 19 puntos, 9,1 rebotes, 5,6 asistencias, 1,5 tapones y 1,5 robos. Números que además mantuvo en Playoffs, ayudando a que Phoenix alcance las Finales (cayendo ante Boston por 4-2). Adams fue All-Star en esa 1975-1976 y obviamente ganó el Rookie del Año, pero el resto de su paso por la liga (siempre con los Suns) no pudo cumplir con las expectativas que él mismo había generado. De hecho, como rookie registró su máxima de puntos, asistencias, robos, tapones (segundo tope en rebotes), como así también su máxima de puntos, rebotes y asistencias en Playoffs. Tampoco volvió a ser All-Star.
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Retrocediendo a los años 50 nos encontramos con otro pivote que fue All-Star como rookie: Ray Felix, segundo pick del Draft de 1953 por parte de los Bullets. Felix promedió 17,6 puntos y 13,3 rebotes como novato, transformándose en el primero de la liga en conseguirlo (desde entonces lo lograron solo nueve rookies más). Sin embargo, para su segundo año fue traspasado a New York y en los Knicks no logró sostener aquello de la 1953-1954. No volvió a superar los 14 tantos de media y para su tercera campaña, ya estaba relegado a un rol de suplente del que no logró salir.
Apenas un año después que Felix llegara a la liga vimos un ejemplo muy parecido. El de Frank Selvy, primer pick del Draft de 1954, también por parte de los Bullets. Su primer año fue magnífico, promediando 19 puntos, 5,5 rebotes y 3,5 asistencias, que también le valieron ser seleccionado para el All-Star Game. Lo curioso es que Selvy comenzó ese año con los Bullets, pero el equipo se disolvió en noviembre, lo que hizo que continuara esa campaña con los Hawks. El alero había mostrado una gran promesa en la 1954-1955 pero rápidamente perdería lugar en St. Louis, pasando más tarde por Lakers, Knicks y Nationals, sin demasiada trascendencia. De hecho, en siete de sus ocho temporadas posteriores no logró superar los 11 tantos de promedio, con una sola excepción: la 1961-1962 con los Lakers de Elgin Baylor y Jerry West, promediando 14,7 puntos, 5,2 rebotes y 4,8 asistencias y siendo elegido a su segundo All-Star.
¿Quién más estaba en esos Lakers? Ray Felix... historias cruzadas.
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El último caso a repasar es el de otro alero, aunque mucho más contemporáneo: Willie Anderson, quien como novato con los Spurs promedió 18,6 puntos, 5,1 rebotes, 4,6 asistencias y 1,9 robos en la 1988-1989. Al año siguiente David Robinson tuvo su temporada de novato y entre ambos parecían formar la dupla que impulsaría el futuro de la franquicia texana. Pero mientras que el Almirante cumplió con creces con esa idea, la carrera de Anderson no acompañó. Nunca volvió a pasar de los 15 tantos y tras varias campañas como jugador de rol, dejó la NBA a los 30 años para continuar en Europa.
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