Si hoy, 13 de octubre, viajamos unos 53 años más atrás en el tiempo y nos encontramos en Oakland, California, un gran plan podría ser ir a ver el partido inaugural de una naciente liga de básquetbol. Los Oakland Oaks le ganaron 134-129 a los Anaheim Amigos en lo que fue el primer partido de la ABA, una liga que no llegó a durar ni siquiera diez años, pero cuyo legado todavía persiste en la NBA que vemos hoy en día.
"Quizá podemos forzar una fusión con la NBA", fue lo que pensó Dennis Murphy, un empresario muy vinculado al deporte, al fundar la liga. El objetivo final era ese: llegar a crear algo que no iba a pasar a la NBA, pero que tenga la tracción suficiente para terminar uniéndose a una NBA que por entonces tenía apenas 12 franquicias compitiendo y mucho terreno para desarrollarse. Y ese objetivo se cumplió: la ABA fue viviendo a los tumbos, pero cuatro franquicias de las más exitosas que tuvo (New York Nets, Indiana Pacers, Denver Nuggets y San Antonio Spurs), pudieron entrar a la NBA y todavía persisten allí.
En el camino, le fue dejando a la NBA otras cosas que revolucionaron el juego y lo hicieron el que vemos hoy en día. Desde una regla de juego hasta modificaciones burocráticas. La ABA, siendo algo nuevo y que buscaba generar un impacto, no temía a probar. Era disruptiva desde su ADN. Y que mejor que ese espíritu para un deporte en cambios constantes como el básquetbol y una liga que siempre mira hacia la evolución como la NBA. Algo de aquello que nació a fines de los 60 y creció durante los 70 todavía persiste y también terminó de darle impulso a la NBA para su gran salto en los 80.
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Un cambio en la forma de jugar, vivir y vender el básquet
Julius Erving, George Gervin y David Thompson fueron tres de las más grandes figuras de la NBA entre fines de los 70 y principios de los 80. Jugadores perimetrales con un estilo de juego espectacular, voladores, capaces de dejar a todos con la boca abierta una y otra vez. No es casualidad que los primeros pasos en el profesionalismo de los tres hayan sido en la ABA.
Esta era una liga con un estilo de juego que invitaba más a darle espacio a la creatividad de estos hombres, a diferencia de la NBA previa a ellos. Un básquet que iba menos por los gigantes en la pintura y más por los ataques rápidos y las volcadas. Para 1975-1976, la última temporada en la que ambas ligas compitieron a la par, el promedio de puntos anotados de un equipo de la ABA fue de 112,5, mientras que en la NBA era de 104,3 tantos por partido. El promedio de la NBA en la temporada 2019-2020 fue de 111,8 puntos.
Dentro de su búsqueda por ofrecer algo distinto, la ABA tenía algo que a la NBA recién llegó en 1979: la línea de tres puntos, instaurada desde su temporada inaugural. El primer comisionado de la ABA George Mikan, leyenda de los tableros en la NBA, afirmaba: "El tiro de tres puntos le dará a los jugadores pequeños una chance de anotar y de abrir a las defensas para hacer un juego más disfrutable por los fanáticos". Se comenta que Mikan falló en varias cosas como comisionado, como haber perdido la chance de contratar a Lew Alcindor (Kareem Abdul-Jabbar) en 1969 por no entregarle un cheque que estaba listo, pero con esa visión del triple no se equivocó.
Igualmente, tampoco era que en la ABA se abusaba del triple: en toda su historia, apenas 11 equipos en distintas temporadas han promediado más de nueve intentos de tres puntos por partido: en la NBA actual, el equipo que menos triples lanzó fue New York Knicks con 9,6 por encuentro.
Aún así el triple daba algo distinto para que los fanáticos vean, como también otros detalles como las presencias de equipos de porristas y diversas ofertas de entretenimientos extrabásquetbolisticos para captar la atención del público, algo que parodia muy bien la película Semi Pro protagonizada por Will Ferrell pero que todavía continúa en la NBA actual para amenizar los tiempos muertos y los entretiempos en los estadios.
Si de show visual se trata, no hay como las volcadas. Y la ABA fue la liga pionera del Slam Dunk Contest. En el All-Star Game de Denver 1976, el último de la liga, realizaron un torneo de volcadas en el entretiempo del partido con nombres históricos como Erving, Gervin y Thompson. Julius Erving fue el vencedor y todos quedaron impresionados. Tanto que cuando David Stern tuvo la intención de revitalizar el All-Star de la NBA a inicios de los 80, puso por primera vez al Slam Dunk Contest, casi una fija desde Denver 1984 (solamente fue reemplazado en 1998). Un evento así, rápidamente terminó de ayudar a despegar la popularidad de un mito como Michael Jordan.
Pero además de lo ocurrido dentro de la cancha, la ABA cambió el escenario fuera de ella. No solamente le dio a la NBA cuatro franquicias que aún persisten como Nets, Nuggets, Pacers y Spurs, sino que le fue abriendo puertas al básquetbol profesional en otras ciudades donde luego volvió. En 1967 la NBA tenía presencia apenas en las costas del Este y Oeste y en la región de los Grandes Lagos de Estados Unidos, con muchos otros territorios sin explorar.
Fue la ABA la que pasó primero por Dallas, Houston, Carolina del Norte, Miami, New Orleans, Memphis y Washington, seis ciudades y un estado que hoy están presentes en la liga como mercados bien establecidos, la mayoría de ellos en el sur de Estados Unidos.
Además, también cambió el camino para muchos jugadores al introducir la "Spencer Haywood Hardship Rule". Hasta entonces, la NBA prohibía a los jugadores entrar a su liga a menos que hubiesen cumplido con los cuatro años de elegibilidad deportiva en el sistema universitario. En 1969, la ABA se llevó a una estrella en ciernes como Spencer Haywood, campeón olímpico en México 1968, después de su segundo año en la NCAA, tratándolos como una excepción por la necesidad económica de saltar al profesionalismo.
Luego llegaron más jugadores por esa misma vía, como Julius Erving o George McGinnis, y en 1974 directamente sumaron a Moses Malone directamente desde el nivel de high school. Esas reglas forzaron a un cambio a una NBA que perdía a sus estrellas del futuro. Hoy, aunque actualmente no está permitido draftear jugadores recién salidos de high school, resulta impensado que un jugador tenga que pasar cuatro años para poder ser profesional.
Todas esas cosas hechas por la ABA fueron moldeando al básquet de hoy, por eso es importante darle su reconocimiento a una liga que ha tenido sus historias bizarras, pero que terminó con un impacto mayor del pensado.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.