Buenas noticias para Minnesota Timberwolves que pese a la ausencia de Karl-Anthony Towns consiguieron recuperar la senda de la victoria. Un excepcional trabajo colectivo y la reducción de errores al mínimo hicieron posible que los de Ryan Saunders pudiesen doblegar a San Antonio Spurs por 96 a 88. Un encuentro donde resarcirse tras lo ocurrido en el cierre de su anterior enfrentamiento contra los texanos donde un cúmulo de fallos en los momentos clave acabó por condenar a los Wolves.
De este modo Minny pone fin a la que era la racha negativa más prolongada de la actual NBA con 7 derrotas consecutivas y mira al horizonte con la esperanza y el deseo de remontar finalmente el vuelo y aprovechar el talento de su joven plantilla.
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Un partido en donde la conjunción de grandes anotadores por parte de los Wolves se conjugó con un gran trabajo defensivo de otras piezas que hicieron posible el triunfo. D'Angelo Russell acabó como el máximo anotador con 27 puntos en 9 de 21 tiros de campo (42%) añadiendo 5 rebotes y 5 asistencias, le secundó un Malik Beasley más acertado con 24 tantos en 9 de 18 intentos (50%).
Ese esfuerzo colectivo en la protección del aro terminó siendo vital pues gracias a la labor de un Ricky Rubio estelar en ambos extremos Minnesota pudo sacar el triunfo. El base español lideró desde el banquillo con 8 puntos, 6 asistencias y 3 robos acabando el choque en pista como director de juego y gestionando las posesiones para evitar errores como en el duelo anterior.
Junto al catalán destacó Josh Okogie que pese a que sus números no brillen (6 puntos, 4 rebotes y 1 tapón) su aportación ante Dejounte Murray y Keldon Johnson fue decisiva. Además, Juancho Hernangómez completó una actuación correcta con 7 tantos y 8 rebotes partiendo como titular y anotando un tiro clave en el último cuarto que sirvió para que Minny sellase virtualmente el triunfo.
Los Spurs por su parte echaron en falta la presencia de DeMar DeRozan que tuvo que ausentarse del partido a pocas horas del inicio por motivos personales, dejando a San Antonio sin la principal arma que hizo posible su victoria el día anterior. El paso adelante ofrecido por Lonnie Walker IV con 25 tantos y 4 asistencias no sirvieron para poder plantar cara a unos Wolves motivados y centrados, siendo secundado por LaMarcus Aldridge con 20 puntos y 9 rebotes.
La primera parte del partido pareció una repetición del guion clásico de los partidos de Minnesota donde estos no eran capaces de mantener una cierta consistencia defensiva, sin forzar a sus rivales a cometer errores ni aprovechando los desaciertos de estos para recortar distancias en el marcador.
El gran momento de Walker en la primera mitad pareció ser suficiente para que los Spurs sellasen el triunfo al regreso del vestuario, pero fue entonces cuando aparecieron D'Angelo Russell y Ricky Rubio para darle la vuelta al partido.
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Los de Ryan Saunders comenzaron a encontrar líneas de pase en cortes y a sacar ventaja de las salidas de bloqueo para ir recortando distancias en el tercer cuarto. Minutos más tarde sucedería el definitivo esfuerzo defensivo que consiguió a estos encadenar un parcial final de 30 a 19 que significó la victoria de Minnesota.
Los Wolves supieron gestionar los momentos difíciles y controlar las pérdidas, cometiendo tan solo 1 en todo el último cuarto por las 16 anteriores, mientras que San Antonio acabó notando el desacierto exterior en el resultado (8 de 26 TC en el último cuarto).
"Creo que teníamos a varios muchachos que simplemente se cansaron de perder en este momento y sabían que en defensa era donde se iba a poder conseguir", dijo el entrenador de los Timberwolves, Ryan Saunders.
Minnesota tiene por delante ahora un difícil encuentro ante los Memphis Grizzlies en apenas 3 días mientras que los Spurs se colocan con marca de 5-5 antes de visitar a Oklahoma City Thunder.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.
