Karl-Anthony Towns fue uno de los nombres más mencionados de las últimas semanas, pero no por su juego. De hecho, el 13 de diciembre, un encuentro frente a Los Angeles Clippers, había sido la última vez que lo vimos vestido de corto al jugador de origen dominicano de Minnesota Timberwolves. Una lesión que fue más seria de lo pensado o informado (oficialmente no hubo plazos, y se lo consideró "día a día" y en duda antes de cada encuentro), rumores sobre su descontento con la organización, algunos sobre traspasos... Semanas complejas para alguien que pasó las primeras tres campañas de su carrera sin perderse un partido. La primera gran ausencia de su vida fue complicada, pero regresar es la terapia perfecta para avanzar...
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En la noche del viernes, KAT pegó la vuelta tras perderse 15 partidos por un esguince en su rodilla izquierda que, en el tramo final, fue acompañado de una enfermedad/estado gripal que hasta necesitó unas noches de hospital. El regreso fue con derrota ajustada en la visita a Indiana Pacers (116-114), y él pudo dejar su marca pese a la inactividad: 27 puntos (6-12 doble, 3-9 triples, 6-6 libres), 5 rebotes y una asistencia en 28 minutos. Pero claro, todo es anecdótico al pensar que lo mejor es sentirse pleno nuevamente.
"El básquet es un juego muy frágil y no me gusta jugar con él. Tuve que tomarme mi tiempo, tuvo una recaída inesperada al enfermarme... Pero realmente puedo decir que estoy muy feliz de tener al básquet de nuevo conmigo. Lo de hoy (por el viernes) fue una gran terapia para mí. Necesitaba al básquet más que nunca, porque me permitió poner mi mente en otro lado", dijo Towns en declaraciones que reproduce The Athletic.
Update: Karl-Anthony Towns is still very, very good at basketball. pic.twitter.com/aMw9obynNs
— Timberwolves (@Timberwolves) January 18, 2020
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KAT relató un poco cómo fueron los días afuera, y reconoció que se dio cuenta en el momento (durante aquel juego contra los Clippers) que el problema en su rodilla era algo para tener en cuenta. "Es frustrante porque querés estar en la cancha, querés jugar. Pero son cosas que pasan. Debía tomarme mi tiempo y cuidar mi cuerpo", dijo el dominicano, quien hasta necesitó muletas para caminar en los primeros días. Estuvo cerca de regresar una semana antes, pero llegó la enfermedad. "Cuando estaba viendo la luz al final del tunel, caí enfermo y me encontré en un hospital por dos días. Fue duro", señaló.
¿Qué vio de su vuelta? "Simplemente salí y traté de jugar lo más duro posible. Sabía que estaba listo para ese momento, y se sintió como una terapia. Fue realmente divertido poder jugar la mayor cantidad de minutos posible", destacó un Towns que, al mismo tiempo, le puso un manto de tierra para enterrar todos los rumores que salieron a la luz durante su ausencia.
"No sigo todo eso. Yo hago mi trabajo, me voy a casa y conozco la historia real. Estoy acá para ser parte de Minnesota Timberwolves. Soy afortunado de tener un entrenador como Ryan Saunders, un presidente (de operaciones) y amigo como Gersson (Rosas). No me preocupo por todo lo que se dijo. Lo que haya que hablar en casa, se hablará puertas adentro. Esto es algo que se hará como una familia. Si tenemos un problema o algo, lo manejamos internamente. No tendremos fuerzas de afuera agregando nada", sentenció.
26,5 puntos, 11,4 rebotes y 4,3 asistencias, los promedios de Towns en la temporada. Sus primeras semanas habían sido realmente maravillosas. La NBA recuperó a uno de su talentos más especiales, y Minnesota tratará de usarlo para revertir un presente complejo: 13° del Oeste con 15-26.
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