Durante la pretemporada y primeras semanas de Fase Regular el mantra con respecto a Los Angeles Lakers era "calma". Calma por las numerosas incorporaciones que se habían producido durante la offseason, incluyendo una de gran entidad como era Russell Westbrook, quien iba a precisar un ajuste que llevaría sus propios tiempos. Las derrotas en ese momento parecían ponderar menos que en cualquier otro tramo del curso, al fin y al cabo este plantel estaba confeccionada para brillar en Playoffs y funcionar a un ritmo bajo pero constante a lo largo de la campaña.
Luego comenzaron a llegar los problemas. LeBron James cayó lesionado, más tarde las bajas por protocolo y por último se perdió a Anthony Davis. Sin embargo, ninguna de estas circunstancias ha sido la principal causa por la que 34 partidos después de haber arrancado la 2021-2022 los Lakers tienen balance negativo, se ubican en puestos de Play-In un año más y no parece haber solución a corto plazo a los problemas que están afectando al juego de los californianos.
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Lo más preocupante con respecto a los angelinos es que parecen estar atrapados en la mediocridad, un estadio del que es sumamente complicado escapar en medio de una temporada, y que peligra con definir su campaña. Los Lakers ahora mismo son capaces de vencer en la prórroga a unos Miami Heat encendidos como de perder por 22 puntos ante los Boston Celtics y necesitar 3 prórrogas para superar a unos Sacramento Kings plagados de bajas. Son capaces de lo mejor y también de lo peor, alternando indistintamente ambos momentos de tal modo que se han asentado en la horquilla entre el 55 y el 45% de victorias. Un ejemplo perfecto de esto sucedió en la jornada navideña ante los Brooklyn Nets, quienes les superaron por 122 a 115 pese a la remontada infructuosa de los angelinos.
Con dos de sus principales estrellas fuera por protocolos, un banquillo mermado al solo poder contar con 10 jugadores, de los cuales tan solo 8 arrancaron el curso en el plantel, los Lakers sufrieron su quinta derrota consecutiva. Lo más difícil de asimilar para los angelinos fue el hecho de que su principal estrella, LeBron James, no pudo jugar mejor para evitar el descalabro, sumando 39 puntos, 9 rebotes, 7 asistencias y 3 robos en 14 de 25 tiros de campo (56%), pues los problemas sucedían cuando este descansó. En los 40 minutos que LeBron estuvo en cancha los californianos acumularon un +9, todo ello pese a que la máxima ventaja que tuvieron en el duelo fue de +2. Lo dramático fue cuando James fue al banco durante tan solo 8 minutos, en los que los Lakers sumaron un -16 de balance general.
Si bien el +/- no es la mejor forma de medir el impacto de un jugador sobre el campo, sí que sirve para exponer una realidad difícil de asimilar para los de Frank Vogel y es que más allá de James los Lakers no tienen muchos argumentos para conseguir imponer su juego. De hecho, de los cinco titulares el jugador que pronto cumplirá 37 años fue el único en positivo: Russell Westbrook, -23 en 37 minutos; Dwight Howard, -10 en 6 minutos; Wayne Ellington, -20 en 14 minutos; y Talen Horton-Tucker, -15 en 30 minutos.
Con Anthony Davis de baja por al menos 3 semanas más y el segundo calendario más exigente de lo que resta de curso según Tankathon, los Lakers afrontan una segunda mitad del curso dificilísima en busca de cumplir un objetivo que cada día parece más alejado.
Los californianos buscarán apelar a la épica y replicar su historia, pues de las 18 temporadas previas en la historia de los Lakers en las que empezaron con un balance igual o peor de 16-18 en dos de ellas consiguieron revertir el mal arranque para alcanzar las Finales: 1958-1959 y 1969-1970. No obstante, en el primer caso apenas había 8 equipos en la NBA y en el segundo 14. El caso más reciente ocurrido en la franquicia angelina probablemente no buscarán repetirlo de ningún modo pues en la 2012-2013, tras una offseason con fichajes con más nombre que impacto, un Kobe Bryant de 34 años incrementó su volumen y uso hasta caer gravemente lesionado en su intento por sellar los Playoffs.
Lo peor para los Lakers es que rumbo a la segunda mitad de la temporada y con el cierre del mercado de traspasos de por medio no parece posible que puedan estar en disposición de mejorar lo suficiente su plantilla. La distribución salarial con 3 jugadores acumulando 122 millones de los 151 totales del equipo limita enormemente cualquier operación puesto que el resto del plantel está compuesto por contratos mínimos de veterano o recién firmados.
Asumiendo que Rob Pelinka no moverá a Russell Westbrook, tanto por compromiso con el proyecto como porque sus 41,3M anuales hacen imposible cualquier operación, las únicas alternativas de los angelinos serían tratar de buscar salida a Talen Horton-Tucker (10,2M) y Kendrick Nunn (5,1M). Lo peor es que los Lakers no tienen activos de Draft con los que poder comerciar ya que por el traspaso con los Pelicans sus próximas primeras rondas están condicionadas a las protecciones e intercambios con los Pelicans, mientras que de segunda posee únicamente las de 2023 y 2025 ahora mismo.
Con cinco derrotas consecutivas, LeBron James a punto de cumplir 37 años y Anthony Davis de baja el panorama de los Lakers para el 2022 no pinta muy bien. Veremos cómo son capaces de gestionarlo.
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