El tercer cuarto se ha convertido en el más importante de los partidos para Los Angeles Lakers.
Es en ese marco en el que los Lakers imponen su voluntad sobre los oponentes y navegan hacia la victoria o se terminan metiendo en un pozo lo suficientemente empinado como para salir.
Cuando lideran después del tercer período, los Lakers están invictos: 42-0. Cuando están perdiendo después de los primeros 36 minutos, su récord es de 6-11. Un marcado contraste de resultados.
El tercer cuarto además es el momento en el que el candidato a MVP LeBron James suele tomar un descanso para llegar fresco a la definición del partido. Y a los Lakers no les suele ir demasiado bien con James en el banco. Con el "Rey" sobre la cancha, Los Angeles anota unos 10,3 puntos más que el equipo rival cada 100 posesiones. ¿Sin él? Los Lakers reciben 1,4 puntos más de los que encestan cada 100 posesiones. En esa estadística LeBron está a la par de lo que sucede con Giannis Antetokounmpo en Milwaukee Bucks y es mejor que lo hecho por James Harden, Luka Doncic, Kawhi Leonard y Nikola Jokic.
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¿Qué significa todo esto cuando las cosas en juego son realmente importantes?
Hay dos opciones: o James reduce mucho su tiempo de descanso en el banco de suplentes o los Lakers cargan el juego del equipo en su otra súperestrella. Y el de los de Frank Vogel es un gran plan de contingencia.
Siempre supimos que la importancia de Anthony Davis en las chances de campeonato de los Lakers dependería de lo producido por AD en los momentos en los que LeBron no está en modo "bestia". Pero ahora ya podemos hablar de un momento definitivo -el tercer cuarto en el que Bron usualmente descansa- en el que Davis no puede simplemente ser bueno. Tiene que ser grandioso.
A pesar de haber jugado cinco partidos menos, Davis disputó 100 minutos más en el tercer cuarto que James. Con él sobre el parquet en el tercer cuarto, los Lakers anotan 113,9 puntos cada 100 posesiones, lo que no es necesariamente un mal número, pero sólo son 1,7 puntos más cada 100 posesiones que los de los rivales.
Después del All-Star Weekend Davis llevó su juego a otro nivel en el tercer asalto. Desde entonces los Lakers anotan unos 118,7 puntos cada 100 posesiones en el tercer cuarto con un net rating positivo de 7,9 unidades con AD al control del equipo. Semejante dominio no solo deja a Los Angeles arriba en el marcador la gran mayoría de las veces, sino que también le permite a LeBron llegar descansado al último período. Y un LeBron bien descansado genera pánico en los otros 29 equipos.
Este patrón de los terceros cuartos liderados por Davis nunca fue más evidente que en el fin de semana en el que los Lakers vencieron a Milwaukee Bucks y LA Clippers. Ante los Bucks sacaron una diferencia de 11 puntos en el tercer cuarto, con 11 tantos de AD y un +/- de +12. Luego, frente a los Clippers, Davis volvió a anotar 11 unidades en el tercer período (4-7 de campo) y los Lakers se quedaron con ese parcial por 36-28.
Con Davis en ese nivel, Frank Vogel tuvo la chance de descansar a LeBron, quién jugó 8:20 minutos del tercero ante los Bucks y sólo 5:51 en la "Batalla de L.A.".
Nadie cuestiona el talento de "La Ceja", que es uno de los mejores jugadores de la NBA, pero ahora que no tiene que cargar con todo el peso de su equipo noche tras noche puede que nos olvidemos de cuán especial puede ser. Incluso en algunos momentos de la fase regular pareció que el mismo Davis se olvidó de lo bueno que es.
Su llegada a L.A. recuerda a la de Pau Gasol hace poco más de 10 años. Un gran jugador que constantemente clasificaba a su equipo a los Playoffs, pero no los podía llevar a la "tierra prometida". Ahora, al lado de uno de los mejores de todos los tiempos, tienen la posibilidad de ganar campeonatos.
Ya vimos como terminó eso para Gasol, y si Davis puede continuar su excelencia cuando LeBron está fuera de la cancha, puede que su primer anillo no esté tan lejos.
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