La carrera de Magic Johnson está plagada de honores, triunfos y éxitos. La rápida explosión que experimentó en la NBA, potenciada por su adaptación e incursión en un equipo como Los Angeles Lakers, lo hicieron formar desde bien pronto de la élite de la liga. Bajo el ala de Kareem Abdul-Jabbar conquistaría cinco títulos de campeón, convirtiéndose en uno de los jugadores más reconocibles de la década de 1980.
El hecho de que se tratase de un base de 2,06 no le aseguró nada en su camino a la gloria, pues en una liga dominada por los pivotes y donde el poste bajo representaba una parte considerable del repertorio ofensivo de un equipo, destacar individualmente no era tarea fácil. Un 19 de mayo de 1987 esa dinámica comenzó a cambiar, pues Magic Johnson sería nombrado MVP de la temporada regular tras rozar la perfección durante todo ese curso.
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No solo alcanzó sus mejores registros en anotación de toda su carrera, promediando 23,9 tantos, sino que terminó como líder de la liga en asistencias (12,2) y añadió 6,3 rebotes y 1,7 robos, haciendo de los Lakers el mejor equipo de todo el Oeste con un registro de 65-17.
A esto cabe sumar que el nombramiento de Johnson como MVP de aquel curso venía a romper una racha de 23 años consecutivos con pivotes o aleros haciéndose con el galardón, siendo el primer base desde Oscar Robertson en 1964 en conseguir el premio. Magic quedaría primero en la votación con una amplia mayoría con respecto al segundo, Michael Jordan, ganando por 733 a 449 puntos.
El jugador de los Lakers conseguiría ese año el anillo de campeón contra Boston Celtics y a lo largo de su carrera sería nombrado dos veces más MVP, en 1989 y 1990.
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