Parece una misión imposible. Se enfrentan el peor récord de la Conferencia Este, los Atlanta Hawks (6-20), ante el mejor del Oeste, Los Angeles Lakers (23-3). A simple vista, no encomtramos equivalencias y de hecho, no las hubo cuando se enfrentaron por primera vez en la campaña: los de Frank Vogel se impusieron por un cómodo 122-101, en un juego que ya estaba sentenciado en el entretiempo (+28).
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Sin embargo, en la NBA no hay partidos realmente fáciles y aunque será complicado que se cumplan, hay escenarios plausibles en los que Atlanta puede complicar a los angelinos. ¿Cuáles son? Los repasamos, centrándonos en los tres principales.
Un Young encendido
Es casi una obviedad sostener que para que los Hawks puedan jugarle de igual a igual a los Lakers, necesitan una noche inspiradísima de Trae Young. En el primer duelo, jugado en el Staples Center, el base anotó 31 puntos y no estuvieron ni cerca de ser suficientes como para emparejar el trámite. Está claro: lo que precisa su equipo es una de esas explosiones inusuales, como las que tuvo en noviembre ante Indiana (49 puntos) o ante Denver (42 puntos). Sin esa clase de rendimiento, Atlanta no parece tener chances.
Lo cierto es que Young viene inmerso en un bajón importante en su juego. En los últimos tres partidos promedia 19,7 puntos, con un 26% en triples y un flojísimo 32% de cancha. Los Hawks perdieron todos esos encuentros por doble dígito.
Igualmente, esto no es necesariamente una mala noticia. Si hay una característica que agrupa a todos los tiradores, es que una vez que logran salir de un pozo, suelen tener una racha furiosa de aciertos. Los grandes números se compensan, es una ley universal. Si a Young se le abre el aro temprano ante los Lakers, cuidado, porque podría tener la clase de actuación que su equipo requiere.
LeBron, en duda
Otro factor que podría jugar a favor de Atlanta es la salud de los Lakers. De hecho, hay chances de que LeBron James se pierda su primer partido de la temporada, producto de una lesión en el codo derecho. Por ahora Los Angeles lo tiene listado como cuestionable, lo cual básicamente significa que esperarán a la hora del juego para tomar una decisión. ¿Decidirán que los Hawks es el rival indicado para darle un descanso al alero? No sorprendería.
Si esto sucede, los Lakers estarán ante un desafío importante. Y es que gran parte del éxito de los de Vogel en la 2019-2020 ha estado ligado a LeBron. Con él en cancha, el equipo saca +13 puntos por cada 100 posesiones. ¿Cuando descansa? Pasan a tener una desventaja de -3,6 tantos. Estamos hablando de una diferencia de más de 16 tantos, ya con 26 partidos de muestra.
AD & LeBron were clutch in the 4th quarter to give the Heat their first home loss of the year 💪 pic.twitter.com/qYE4piBVmg
— Bleacher Report (@BleacherReport) December 14, 2019
Detrás del 23-3 de los Lakers han quedado escondidos algunos rendimientos bajos, los cuales podrían salir a escena sin la sombra del Rey cubriéndolos. Y atención, porque James no será la única baja en Los Angeles: tampoco jugará Kyle Kuzma, mientras que Anthony Davis, Rajon Rondo y Avery Bradley arrastran diferentes lesiones, pero tienen status de probables.
Pérdidas
La defensa de los Atlanta Hawks es una de las peores de la competencia. De hecho, entrando a este domingo aparece 29 entre 30 equipos, permitiendo 114,5 puntos por cada 100 posesiones. Pero si hay que destacarle algo, tiene que ver con su capacidad para forzar pérdidas: lo hacen en el 14% de las posesiones del rival, siendo la novena mejor marca de la NBA.
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Por otro lado, los Lakers no son un equipo demasiado prolijo con la bola: la pierden en el 13% de sus jugadas (16°). Y ese número podría subir si finalmente se concreta la baja de LeBron. En ese caso, la bola pasaría a estar más en manos de Rajon Rondo, justamente el jugador más inseguro de todo el plantel (el 21% de sus posesiones terminan en pérdidas).
Además, si Los Angeles entra relajado por la supuesta diferencia de nivel, también podría influir en un mayor número de entregas. Los Hawks necesitan ser agresivos en ese aspecto, tomar riesgos y superar a su rival en lo único que pueden controlar: el nivel de esfuerzo. Si lo hacen, la misión no será tan imposible.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.
