Daryl Morey no es un ejecutivo más. Apostar, y hacerlo fuerte, está en su ADN. Por eso es que a lo largo de estos años, la gran cara de la gerencia de Houston Rockets ha seguido una constante después de sumar a James Harden a través de aquel traspaso con Oklahoma City previo a la 2012-2013: intentar unir a La Barba con una segunda estrella que permita potenciar sus cualidades y llever a la organización a lo más alto.
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Pasaron varios nombres que acompañaron al MVP del 2018 durante estas 7 temporadas en los Rockets, y en este verano llegó una nueva apuesta a todo o nada: Russell Westbrook fue la carta jugada por Morey (también vía canje con OKC) para intentar, una vez más, asaltar una Conferencia Oeste que está abierta como nunca había pasado en estos últimos años, producto del final de la etapa de dinastía de Golden State Warriors.
¿Quiénes fueron las segundas guitarras de Harden a lo largo de su estadía en Texas? Lo recordamos a continuación.
2012-2013: Jeremy Lin
Bueno, en el comienzo puede haber un asterisco, ya que era la primera campaña de Harden como eje central, y si bien se pensaba en él como una potencial estrella, todavía debía confirmarlo en la cancha. Además, el traspaso con OKC se concretó a días del comienzo de la temporada, por lo que no existió la figura de "sumar un jugador alrededor de Harden".
Pero lo cierto es que ése fue el verano en donde Lin salía a la Agencia Libre después de explotar la Linsanity en New York. Houston le firmó un contrato gigante y con varias cuestiones que lo hacían imposible de igualar para los Knicks, y así se convertía en parte de la franquicia. Lo concreto es que nunca llegó a dar un salto mayor a aquel pico deslumbrante en la Gran Manzana, y cerró el curso con promedios de 13,4 puntos (44% campo), 3,0 rebotes y 6,1 asistencias en 32,2 minutos.
Ni siquiera fue el segundo máximo anotador detrás de Harden (25,9). Éste fue Chandler Parsons, con 15,5 tantos por encuentro en una gran segunda campaña en la NBA.
2013-2014 a 2015-2016: Dwight Howard
Acá sí llegó el primer gran fichaje para acompañar a Harden. La Barba era la referencia exterior, y Morey pensó en uno de los pivotes más dominantes de los últimos años para tener un combo explosivo.
Sin embargo, para el ex Orlando y Lakers fue -probablemete- el comienzo de una curva descendente en su carrera. Su elevado ego y cuestionable personalidad lo llevaron a no tener jamás el impacto que Morey imaginó. Es más, la relación con La Barba tuvo sus idas y vueltas y nunca fue la mejor. Entre bajos rendimientos y problemas físicos, Howard completó tres campañas de mayor a menor en los Rockets, que incluso encontraron a joven como Clint Capela al que fueron llevando de a poco hasta convertirlo en el reemplazo natural de "Superman".
Fueron 183 partidos de fase regular para Howard en Houston, con promedios de 16,0 tantos, 11,7 rebotes y 1,6 tapones en 32,2 minutos. Una final de Conferencia en tres años, lo mejor de una dupla que no funcionó.
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2016-2017: Eric Gordon y Ryan Anderson
La llegada de Mike D'Antoni como entrenador impuso un cambio de estilo y una necesidad clara: tiradores para rodear a una ofensiva en donde Harden iba a ser más eje que nunca. Y si bien Gordon y Anderson no llegaron con el cartel de estrellas, sí fueron los refuerzos más fuertes de aquella campaña.
¿Los resultados? Nada del otro mundo. El escolta encontró su lugar como sexto hombre y se estableció como una verdadera amenaza para el triple. Fue el segundo máximo anotador del equipo en la temporada, con un promedio de 16,2 tantos por encuentro (37,2% en triples, con 8,8 intentos por juego). Anderson, por su parte, venía de ganar crédito como 4 abierto tras sus pasos por Orlando y New Orleans, pero no impactó tanto: 13,6 tantos y 4,6 recobres en 29,4 minutos.
La eliminación en las Semifinales del Oeste ante San Antonio, un año después de perder en primera ronda, era una mejora pero no suficiente para la ambición de Morey, que rápidamente buscaría un golpe de escena.
2017-2018 y 2018-2019: Chris Paul
Antes del comienzo de la Agencia Libre 2017, Houston hizo all-in y canjeó desde Los Angeles Clippers a Chris Paul, uno de los mejores bases de la liga. Al principio, claro, llamaba la atención por su posición y la función de Harden (ya establecido como principal creador de juego), pero a su vez generaba una intriga por el potencial.
El sistema D'Antoni renació en Texas, y los Rockets desfilaron en una temporada regular de altísimo vuelo que les entregó el mejor récord de la NBA, con 65 victorias. La obsesión se llamaba Golden State Warriors, y el encuentro fue en una final del Oeste donde tuvieron en sus manos la chance de terminar con aquel dominio de los de Oakland. Houston se puso 3-2 en el J5, pero el ladero de La Barba dijo basta. Una nueva lesión pegaba en CP3, que se quedaba afuera en el momento crucial del año. Los Warriors remontaron la eliminatoria y terminaron siendo campeones. Y volver a empezar para los Rockets.
El comienzo de la 2018-2019 fue de terror, pero Houston recuperó el camino tras algunos ajustes y Paul fue nuevamente el principal sustento de Harden. Nuevamente Golden State en los Playoffs, esta vez en semifinales, y con un detalle n menor: el que sufría problemas físicos ahora era el rival, por la lesión de Durant. Eso que podría ser una puerta abierta para los texanos terminó en mayor frustración, ya que Curry y compañía sacaron adelante un 4-2 que sería otro golpazo. Con el tiempo, sería el último paso de CP3 junto a Harden, con quien (según reportes) tuvo varios cortocircuitos en su relación. En Texas, el armador promedió 17,1 tantos, 5,0 rebotes y 8,0 asistencias en 31,0 minutos (113 juegos).
2018-2019: Carmelo Anthony
Bueno, Melo ya no era la estrella que supo ser en los Knicks, pero igual fue un nombre de impacto para complementar la estructura. El experimento duró apenas 10 partidos, 6 de los cuales fueron derrotas. La conexión nunca se dio, y el jugador terminó separado del plantel hasta irse por la puerta de atrás. Hasta acá, el último paso de su carrera.
2019-2020: Russell Westbrook
La última apuesta de Morey. Afuera CP3, adentro un Russ que guarda la mejor relación con Harden tras compartir tres temporadas en Oklahoma City. Una pareja ilusionante, pero con el interrogante de haber mutado ambos a una versión similar de juego en cuanto a acaparar el balón para generar como ejes de las ofensivas. ¿Cómo saldrá este último experimento?
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Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.