Lo que empieza mal, termina mal. La frase le cabe a la semana de los Houston Rockets, quienes tras perder el lunes contra los Knicks, acumularon cuatro derrotas de manera consecutiva. ¿La más reciente? Este domingo ante el Orlando Magic, por un contundente 126-106 como locales.
Dominio absoluto de Orlando, que golpeó desde temprano y ya tenía todo prácticamente resuelto en el entretiempo: 71-46 al frente.
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Lo cierto es que tras varios partidos donde el balance era mucho más positivo que negativo, el small-ball de Houston está atravesando su primera gran crisis. Los rivales parecen haber descifrado cómo exponer al máximo sus evidentes puntos débiles y a los de D'Antoni les está costando horrores encontrar algún ajuste que cambie la historia.
El área más clara donde los Rockets están siendo superados es el rebote. Sumando estos cuatro juegos, perdieron la lucha rebotera por 201-165 (superados por 49-38 por el Magic). Una diferencia de 36 tableros, que representa una brecha de casi 10 de promedio por compromiso. Demasiado... y sin muchas soluciones a la vista.
Una de las maneras con las que Houston podría asustar a los rivales e impedir que carguen al rebote de ataque, es con una ofensiva de transición más peligrosa. Sin embargo, a pesar de jugar con cinco perimetrales, los texanos están ofreciendo poco en ese aspecto.
En estos cuatro partidos, promedian apenas 12 unidades en contragolpe, mientras que reciben 14,5. La ecuación no cierra y si no se transforman en una amenaza mayor en ese aspecto, será difícil que no sigan penando con los rebotes.
Al momento de llegar al descanso largo, los visitantes doblaban los registros de Houston en los tableros (31-15), lo cual combinado con un primer tiempo repleto de pérdidas de parte del dueño de casa (12), hizo que el Magic hubiese tomado 20 lanzamientos más que su rival (58-38).
De todas maneras, los inconvenientes de los Rockets no se están limitando al costado defensivo. Su ataque también ha dado un claro paso atrás y tuvieron un rating ofensivo de 106,1 (26° de la liga en ese tramo), con bajísimos porcentajes de tiro: 41,7% de cancha y 29,1% en triples. 30° y 29° de la NBA, respectivamente.
Para un equipo que depende casi exclusivamente del triple, lanzar por debajo del 30% es fatal y su amplia derrota con el Magic también se explica desde esos números: 9-32 de tres, para un 28%.
Curiosamente, el más certero con el lanzamiento fue Russell Westbrook, quien anotó 2 de 5 triples y 9 de 19 de cancha, para terminar con 24 puntos. James Harden, por su lado, sumó 23, pero con un muy pobre 6 de 19. Además, Jeff Green terminó con 18 puntos y un perfecto 8 de 8.
Dominio inesperado
Que Aaron Gordon (19 puntos y 10 rebotes) y Nikola Vucevic (16 puntos y 16 rebotes) dominasen en la pintura ante Houston, era bastante esperable. Ahora, lo que sin dudas fue una sorpresa, fue ver a un perímetro de Orlando superando claramente al contrario, a pesar de no contar con Evan Fournier.
𝙁𝙖𝙨𝙩𝙗𝙧𝙚𝙖𝙠 𝙁𝙪𝙣@MarkelleF | @_Iwundu25 pic.twitter.com/2TK1ZW9Lla
— Orlando Magic (@OrlandoMagic) March 9, 2020
Markelle Fultz tuvo otra muy buena noche y acabó con 18 puntos y un 8-12 de campo, que lo lleva a promediar 18,7 puntos y un tremendo 69% de eficacia en sus últimos tres juegos. Pero además, la banca respondió de la mano de tres actuaciones brillantes.
DJ Augustin sumó 24 puntos, mientras que Michael Carter-Williams y Terrence Ross aportaron 16 cada uno. Entre los tres externos suplentes, se combinaron para un 9-16 en triples y todos ellos tuvieron un +/- superior al +12.
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