Nueva edición de "La posesión", una sección en la cual el Staff de NBA.com analizará a lo largo de la temporada 2019-2020 una posesión en particular de determinado partido, revelando detrás de ella un significado mucho más grande del que parece. En esta oportunidad, es momento de mirar un poco más hacia el regreso de Stephen Curry con Golden State Warriors, después de más de cuatro meses afuera por lesión, y cómo su vuelta puede desbloquear el potencia de Andrew Wiggins.
Más | Las cinco conclusiones que nos dejó la vuelta de Stephen Curry en Golden State Warriors
Contexto: en la noche del jueves, el dos veces MVP volvió a las canchas (derrota por 121-113 ante Toronto Raptors) tras una fractura en su mano izquierda, sufrida en el cuarto encuentro de esta 2019-2020 frente a Phoenix Suns. Fue su primera vez compartiendo terreno de juego con el canadiense, quien llegó sobre la fecha límite de traspasos en febrero, en la operación que los Warriors realizaron con Minnesota Timberwolves (enviando a D'Angelo Russell).
La posesión: en el tramo final del encuentro, un ejemplo claro de una realidad con la que todos coinciden: Curry tiene la capacidad de hacer mejores a su compañeros. Y su papel en el desarrollo de Wiggins podría ser muy importante.
Análisis: la acción comienza con algo que solía ser típico de Steph con Draymond Green, un pick and roll para jugar en parejas, con tres jugadores abiertos ocupando espacios en las esquinas y en 45°. En este caso, el base ejecuta con la cortina de Marquese Chriss, quien ha demostrado destellos de ser un gran continuador.
Cuando Steph empieza a ir hacia el aro, la magia comienza.
Pascal Siakam se encuenta en el corazón de la pintura, olvidándose de Paschall en la esquina derecha (el rookie no es la mayor amenaza exterior), Kyle Lowry ayuda soltando a Lee en la esquina izquierda, y Anunoby también ayuda olvidándose por completo de Wiggins. ¿La gravedad de Steph? Monstruosa.
Curry, más allá de ser el tirador más peligroso de la historia, es un muy buen pasador, y rápidamente reconoce la libertad de Paschall y Wiggins, optando por el segundo.
Así, el canadiense queda completamente abierto cuando recibe, y con la oportunidad de la triple amenaza bien latente.
Su opción no fue tirar, sino dejar en el camino el cierre desesperado de Siakam con una buena finta, y penetrar para definir en contacto y de gran forma ante un sólido defensor como Ibaka. También podría haber pasado a Lee, completamente abierto. Otro detalle: no fue la mejor posesión defensiva de unos Raptors que parecen fallar en algunas rotaciones donde lucen perdidos y sin comunicación.
¿Por qué importa? Cuando llegó a Golden State, Steve Kerr fue claro con lo que su equipo necesitaba del N°1 del Draft 2014. Los Warriors no necesitan que el canadiense sea la estrella que pedía Minnesota y que no supo ser. Será un complemento de una estructura que gira alrededor de tres experimentados como Curry, Klay Thompson y Draymond Green, y contará con espacios como nunca antes en su carrera, abriendo la chance de exponer su talento muchas veces cuestionado.
Quizás parece un poco exagerada la atención que los Raptors le dan en esta acción a Curry, quien antes de pasar a Wiggins tienen a cuatro jugadores sobre él, en una muestra enorme de la gravedad sin igual que puede generar un jugador como él. Pero viajemos al contexto que piensan los Warriors, en la 2020-2021, y sumemos a la ecuación a Thompson, otro jugador sin igual y de los mejores sin balón. Sí, Wiggins contará con enormes espacios.
Más | Stephen Curry y la felicidad tras su regreso con Golden State Warriors: "Más que nada estaba ansioso, pero se sintió genial"
Para que la triple amenaza sea real, sin dudas, el ex Wolves deberá pulir una de las facetas más cuestionadas de su juego: el tiro exterior. Estamos hablando de un tirador que apenas pasa el 33% de acierto en su carrera, con 3,6 intentos por encuentro. Sí, en esta 2019-2020 se animó a más y está metiendo como nunca (2,1 por juego), pero la efectividad sigue siendo mejorable (33,1%). Principalmente, debería mejoras algunos registros puntuales:
- Triples desde las esquinas en 2019-2020: 33,3%
- Triples catch and shoot en 2019-2020: 34,9%
- Triples completamente abierto con los Warriors: 27,2%
Un aspecto a favor de Wiggins en estas situaciones es que se ha mostrado en gran forma en penetraciones, aprovechando sus excelentes condiciones físicas: es uno de los 21 jugadores en este curso promediando más de 14 penetraciones por encuentro, y roza el Top 10 entre ellos en cuanto a su efectividad de lanzamientos, con 49,2% (es bueno para definir en contacto). Y a lo largo de este curso ya le hemos visto una mejora en su capacidad de pase. Imaginen algo: en lugar de Damion Lee, ubiquen en cancha a Klay Thompson cuando Wiggins recibe el pase en esta acción. La opción sería letal.
El contexto, muchas veces, lo es todo. Y Andrew Wiggins, con 25 años recién cumplidos, se encuentra en una situación como nunca antes en una carrera donde recibió más críticas que elogios. Una situación en donde tiene al lado a uno de los mejores a la hora de sacarle el mayor jugo posible y potenciar a sus compañeros. En la primera noche de regreso, Curry ya mostró cómo puede ayudar al canadiense rumbo a lo que se viene con los Warriors.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.