Cada ciudad del mundo "futbolero" tiene su habitual punto de celebración en el que las masas se congregan para festejar los triunfos de los equipos, nunca tan masivos como cuando es la selección nacional la que llegó al éxito.
En Buenos Aires, la capital de Argentina, es el Obelisco el lugar en el que los fanáticos se juntan principalmente para celebrar los éxitos de la Selección y también de los distintos clubes.
¿Qué es el Obelisco?
El Obelisco es uno de los monumentos más icónicos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la capital de Argentina. Se lo construyó en 1936 con motivo del cuarto centenario de la primera fundación de Buenos Aires, algo que recuerda con una inscripción en su frente este.
Se encuentra sobre la Plaza de la República, ubicada en la Avenida Corrientes al 1051, y tiene una altura de 67,5 metros.
Su historia es importante: en ese lugar se encontraba antes la iglesia de San Nicolás de Bari y en la torre de esa iglesia se izó por primera vez la bandera argentina en la Ciudad de Buenos Aires, en 1812. Esa iglesia fue derribada para la construcción de la Avenida Roque Sáenz Peña (también conocida como Diagonal Norte), una de las principales arterias de circulación de Buenos Aires, y en su intersección con otra avenida principal como Corrientes es que se ubica el Obelisco, en un punto neurálgico de la ciudad, uno de los más transitados cada día y de fácil acceso mediante transporte público desde todos los puntos de Buenos Aires.
Es un símbolo moderno de la Ciudad de Buenos Aires que todavía está lejos de cumplir 100 años, pero que representa a la porteñidad en todo el mundo. Por caso, fue elegido como el escenario principal de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018.
¿Por qué se festeja en el Obelisco?
La ubicación del Obelisco en un punto importante de la ciudad, su fácil acceso desde el norte, el sur y el oeste de Buenos Aires mediante avenidas, autopistas, trenes, colectivos y subtes, hace que sea un gran punto de encuentro en Buenos Aires para los festejos, con gente de diversos lugares del área metropolitana como también todos los que se encuentran cerca del Obelisco en ese momento, más que nada en los días laborales.
Según el libro "78, Historia oral del Mundial" de Matías Bauso, una investigación sobre la historia del primer Mundial ganado por Argentina, fue ese torneo el que generó la costumbre de las celebraciones en el Obelisco.
Hasta entonces la Selección no ganaba un título desde el Campeonato Panamericano de 1960 y no tenía un gran éxito en un Mundial desde 1930, mientras que los clubes de Buenos Aires festejaban sus campeonatos en los barrios de sus estadios. Los partidos de Argentina en el Mundial 1978 se jugaron en el Estadio de River Plate en Núñez o en Rosario, pero más de 20.000 personas se congregaban en los cines (y el Luna Park) de la calle Corrientes para ver a color los partidos de Argentina, y luego de los triunfos iban a celebrar al Obelisco, donde los diarios tomaban imágenes que replicaban al día siguiente y así popularizaban ese festejo, con más gente en cada partido que la Albiceleste ganaba.
El amplio lugar que brindan la Avenida 9 de Julio, la Avenida Corrientes y las calles colectoras de la avenida hacen que mucha más gente pueda congregarse allí que en otros espacios callejeros.