SANTIAGO BERNABEU, MADRID - En 2016, el hijo de uno de los hombres sinónimo de las remontadas del Real Madrid ya estaba harto.
"Dejen a mi padre en paz, cada vez que mencionan su nombre para hacer una remontada, perdemos", tuiteó Roberto, el vástago del héroe madridista Juanito, después de que el recién nombrado entrenador, Zinedine Zidane, y sus jugadores cayeran por 2-0 en la ida ante el Wolfsburgo.
El exdelantero español Juanito fue una de las estrellas de los grandes equipos del Madrid de los años ochenta, junto con Jorge Valdano y Emiliano Butragueño, que, al igual que los actuales, no parecían saber cuándo estaban derrotados.
Juanito, un jugador tenaz que, para bien o para mal, generalmente lo llevaba todo al límite (véase su escandalosa agresión a Lothar Matthaus, del Bayern Múnich, en 1987, para ver la cara lamentable de esa moneda), encarnaba el deseo del Madrid de luchar hasta el final y afirmaba que habría sido un ultra en las gradas si no hubiera sido jugador.
"Noventa minutos en el Bernabéu es mucho tiempo", advirtió Juanito al Inter de Milán después de que el equipo de la Serie A se impusiera por 2-0 en el partido de ida de la semifinal de la Copa de la UEFA 1984/85 en San Siro.
Era una advertencia que los jugadores del Manchester City, vencedores por 4-3 en la emocionante primera semifinal de la Liga de Campeones de la semana pasada, no tenían que buscar demasiado para encontrar en la capital española el miércoles.
Después de que Juanito pusiera sobre aviso al Inter, el Madrid se impuso rápidamente por 3-0 y levantó el trofeo en la final. Volvió a hacerlo al año siguiente, perdiendo 3-1 en Italia antes de vencer al Inter por 5-1 tras la prórroga. Para entonces, se había convertido en una ridícula costumbre.
Real Madrid may be the undisputed #UCL kings, but Los Blancos really don't like playing away in the semi-finals 😬 pic.twitter.com/MevGbqyjSQ
— 𝐓𝐡𝐞 𝐒𝐩𝐨𝐫𝐭𝐢𝐧𝐠 𝐍𝐞𝐰𝐬 UK 🇬🇧 (@sportingnewsuk) April 26, 2022
¿Cómo se ganó el Real Madrid su fama por las remontadas?
En los octavos de final de la temporada 1985/86, el Borussia Mönchengladbach goleó a los blancos por 5-1, pero perdió por 4-0 en el Bernabéu y se despidió por la vieja regla de "goles a domicilio". En la misma fase de la temporada anterior, el Anderlecht ganó 3-0 al Madrid antes de sufrir un 6-1 en la vuelta.
Estas hazañas, que desafían la lógica, se atribuyeron al "espíritu de Juanito", algo que los madridistas celebraron aún más conmovidos tras la trágica muerte del jugador en un accidente de tránsito en 1992.
Pero para cuando su hijo Roberto se sintió obligado a hablar, la reputación de las remontadas del Madrid se había vuelto algo endeble.
En la 2012/13, con una derrota por 4-1 ante el Borussia Dortmund de Jürgen Klopp en las semifinales de la Liga de Campeones, el Madrid de José Mourinho no consiguió darle la vuelta a la tortilla, a pesar de que se habló mucho de lo contrario.
De hecho, en la era de la Champions, el Madrid había sido más propenso a perder desde una posición ganadora que a lograr una remontada.
Esas remontadas eran un recuerdo lejano de décadas pasadas cuando Roberto hizo su alegato y el Madrid se enfrentó a otra eliminación ante la Bundesliga.
En el partido de ida de los cuartos de final de la temporada 2013/14 contra el Wolfsburgo, Cristiano Ronaldo marcó un triplete y comenzó una nueva era en la que el Madrid se dejaba llevar por una combinación embriagadora de autoestima, habilidad y aparente destino.
No hubo ninguna otra remontada comparable a la de los cuartos de final del Wolfsburgo bajo el mando de Zidane, pero puso en marcha una extraordinaria racha de tres victorias consecutivas en la Liga de Campeones en una época en la que el Madrid rara vez podía ser considerado el equipo de élite de Europa, por no decir nunca.
Sencillamente, nunca sabían cuándo estaban derrotados.
Una serie de remontadas tan heroica como inexplicable
Esta temporada, inspirados por el indomable Karim Benzema, los futbolistas merengues han actuado como una especie de versión de superhéroes de cómic del Real Madrid.
En los octavos de final contra el París Saint-Germain, fueron superados durante tres cuartas partes de la eliminatoria y perdían por 2-0 en el marcador global, antes de que Benzema marcara un brillante triplete.
Un triplete aún mejor del delantero centro francés puso al Madrid con un 3-1 a su favor y a punto de enfrentarse al Chelsea en los cuartos de final, pero parece que les gustan tanto los actos de escapismo que decidieron urdir uno.
Noventa minutos en el Bernabéu se estaban convirtiendo en un tiempo muy largo para los hombres de Carlo Ancelotti, ya que el equipo de la Premier League dominó por completo y estableció una ventaja de 3-0. Entonces Rodrygo remató de volea un pase de los dioses de Luka Modric, y Benzema apareció en el período adicional para demostrar que 120 minutos en el Bernabéu son aún más largos.
¿Qué tan largos, entonces, pueden ser 15 o 20 minutos? Para el Manchester City fueron eternos. Al 73 los de Guardiola ganaban 2-0. Y el resultado era idéntico al minuto 89. ¿Qué tan largos pueden ser dos minutos, o seis con la adición? Para un visitante del Madrid, inacabables.
El doblete de Rodrygo lo prueba. El penal de Benzema lo certifica. El Real Madrid lo hizo una vez más. Asombra, sorprende, casi que escapa a la lógica. Y muestra lo maravilloso que es el fútbol.