Un lujo. El cierre de la segunda fase del Mundial de básquet para la Selección Argentina fue un encanto para los ojos. El conjunto nacional mostró su mejor cara justo cuando debía definir su lugar en el Grupo I rumbo a los cuartos de final. Con una demostración fantástica de juego, sobre todo a partir de su defensa, el seleccionado construyó una aplastante victoria ante Polonia, que también llegaba invicto pero quedó reducido a una mínima expresión. El 91-65 le dio a Argentina el primer puesto de la zona, y la llenó de optimismo rumbo a los partidos de eliminación.
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La historia continuará el martes (a las 8.00), frente a Serbia, que venía como el gran favorito pero perdió ante una imperial España (81-69).
El primer tiempo de la Selección fue realmente sensacional, y el punto de partida fue su sello del torneo: la defensa. Intensidad insoportable para el rival, presión en primera línea, agresividad en todo momentos, concentración y anticipación... Argentina borró a los polacos, los frustró y llenó de dudas, y no dejó caminos cómodos. Dentro del trabajo colectivo, el impacto de Garino para anular a Ponitka, la mejor opción europea, fue genial.
Esa defensa alimentó a Argentina en ataque: generó 13 pérdidas en el primer tiempo que entregaron 17 puntos. Defender y correr, la mejor receta nacional. Los de Hernández tuvieron paciencia y fluidez ofensiva, pasando por varias manos. Imponente Delía en el inicio, anotando los primeros 8 puntos del equipo (12 en el primer tiempo, más un volcadón tras una genial asistencia de Campazzo). Puntual Brussino con un comienzo letal en el segundo cuarto (triple y volcada para 5 de sus 10 tantos). Potente y constante Deck para aportar 7 unidades en su ingreso. El 3-12 en triples fue el único lunar que evitó que la diferencia fuera mayor que el 42-27 parcial.
¡Increíble asistencia de Facu Campazzo entre sus piernas para la espectacular volcada de Marcos Delía! pic.twitter.com/NEs41JzzxD
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¡Nico Laprovittola salvó la pelota y la transformo en una asistencia de lujo para el despegue de Nico Brussino! pic.twitter.com/jGazS86kWW
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¿Bajón de intensidad tras el descanso? Para nada. Argentina siguió con la misma dinámica, y el partido se terminó rápidamente. Porque la defensa fue una pared imposible de superar para los polacos, porque las pérdidas que decantaron en conversiones fáciles se acumularon sin parar, y porque aparecieron más opciones ofensivas. Como Patricio Garino, con una ráfaga de 9 puntos seguidos (incluida una volcada tras una mágica asistencia larga de Campazzo). O como Luis Scola, que no paró de dañar ante cada balón que recibió. La diferencia tocó los 31 en el tercer cuarto, y el 70-41 final fue el cierre.
¡Pase largooooooo y picado, por parte de Facundo Campazzo, para la volcada de Pato Garino! pic.twitter.com/3YbxrIKKoV
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Scola terminó como el máximo anotador con 21 puntos, dentro de un equipo que repartió absolutamente todo (8 jugadores por encima de los 7 puntos). Un paso más en China, donde Argentina está demostrando lo que quería: que puede competir en el más alto nivel internacional.
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