Después de varias semanas de trabajo y 6 partidos, la preparación de la Selección Argentina rumbo al Mundial de básquet 2019 llegó a su fin. La derrota de este martes frente a España (84-76) le puso un cierre formal a la etapa de amistosos, y ahora sólo quedará últimar los detalles para el sábado 31, el día del comienzo de la cita en China frente a Corea del Sur.
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En Ningbo, el conjunto de Sergio Hernández ratificó su línea ascendente en el juego, que va más allá del resultado final. Un equipo que probó más de la cuenta (sobre todo en el tramo decisivo) y hasta afrontó el desafío ante una potencia sin Facundo Campazzo (se recupera de un esguince de tobillo derecho).
A continuación, 5 observaciones de la caída ante España para completar la preparación.
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La defensa marcará el destino
La ecuación es simple para la mayoría, pero más aún para Argentina. Este equipo de Hernández fue mucho mejor a lo largo de la preparación cuando impuso condiciones con su defensa. Y después de lo que había sido aquel encuentro frente a Japón en Saitama, las sensaciones son mucho mejores.
Frente a Rusia, uno de los rivales del grupo, la Selección fue dominante, intensa y súper aplicada atrás para terminar ganando por 21, desnudando las limitaciones del rival. Frente a España, un equipo con muchísimas más variantes, tuvo pasajes muy buenos, con concentración y solidaridad, que le permitieron, incluso, pasar al frente (en el tercer cuarto).
Cuando Argentina defiende y presiona, es otra mucho más peligrosa, porque eso abre situaciones de ataque rápido y corridas, terreno en donde se mueve a la perfección y se muestra por demás peligroso.
Sostener la intensidad atrás (Patricio Garino es el gran motor), mantenerla durante gran parte de los 40 minutos, es la situación que no se debería negociar para nada durante el Mundial. Es, en definitiva, la llave que le permitirá ser competitivo ante cualquiera.
La base es de absoluta jerarquía
Cuando Campazzo sufrió el esguince en su tobillo derecho ante Rusia, las alarmas saltaron automáticamente. Pero, al mismo tiempo, había una sensación de tranquilidad. Ojo, Facu es el motor de juego del equipo, y sin él las chances bajan considerablemente. Pero tener a Nicolás Laprovittola y Luca Vildoza como complementos en la posición es cosa seria.
El MVP de la ACB no comenzó de la mejor forma esta etapa previa, pero levantó mucho su nivel y se acercó bastante al que fue en la última temporada. En este torneo tendrá mayores responsabilidades en relación al pasado, y tiene los recursos y la personalidad para asumirlas. Su comienzo ante España fue estelar.
Lo del jugador de Baskonia ha sido también en una curva ascendente. ¿Lo mejor? Está acompañando su enorme talento individual con muchísima contracción defensiva. Presiona en primera línea, muestra intensidad y determinación para los desafíos (como el tercer cuarto frente a Ricky Rubio).
Tener a Campazzo, Laprovittola y Vildoza abrirá la puerta para ver durante muchos pasajes del torneo a una doble base en juego. Ofensivamente abre otro abanico de opciones. Defensivamente puede generar algún que otro problema, sobre todo si adelante hay un escolta fuerte. Pero apoyarse en la calidad de este trío de armadores parece una garantía.
La lucha en los rebotes, el gran problema
¿Nuevo? Para nada. Se sabía que esta Selección iba a sufrir en los tableros, sobre todo ante los equipos europeos, por su carencia de altura y potencia física para la pintura. Por más que Delía sea un trabajador silencioso, o por más que Gallizzi haya demostrado muchísima voluntad en sus minutos en cancha, Argentina la pasa mal en ese apartado.
España, por ejemplo, tomó 19 rebotes ofensivos. Demasiada ventaja que se tendrá que maquillar como sea. Argentina estará obligada a bajar la diferencia lo más posible para que ese sufrimiento que parece lógico genera el menor dolor posible.
Deck, ideal como 'sexto hombre'
A Argentina no le sobran las variantes ofensivas, o al menos son mucho menores que otros equipos de jerarquía. Cuando la rotación llega, la fluidez ofensiva suele caer. Sin embargo, encontrar a Deck en una función como sexto hombre está siendo una solución muy interesante.
El de Colonia Dora ha sido uno de los anotadores con más consistencia de la Selección en la preparación. Potencia, personalidad, determinación, inteligencia para ocupar espacios. Deck está llamado a ser una pieza central en este equipo. Y jugando desde atrás permite resolver muchas veces esos pasajes donde la ofensiva parece estancada.
El triple, desaparecido
La Selección no tuvo consistencia en un recurso que es clave para el éxito de cualquier equipo: el triple. Se sabe que el equipo no tiene grandes especialistas, pero sí varios jugarores que pueden anotar con regularidad cuando se presenta la situación. El 4-20 desde larga distancia contra España es una muestra de una mala jornada, pero también se mantiene en la línea de duelos previos.
Argentina necesita que Brussino, uno de los mejores para el triple, mantenga su confianza alta en todo momento (0-3 contra los europeos). Que cuando Lapro y Vildoza toman esos triples a la carrera o tras pocos segundos, entren con consistencia (1-6 combinados ayer). Que si Lucio Redivo tiene una chance, también conecte (ante España, 0-3). La Selección no será un equipo por demás peligroso en este rubro, pero puede ser más que lo que mostró en Ningbo.
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