Los Denver Nuggets han sido uno de los equipos más irregulares de este comienzo de temporada. Con marca de 6-7, los dirigidos por Michael Malone no han logrado encontrar ningún tipo de consistencia y pasan de algunas buenas actuaciones, a otras que dejan mucho que desear. Sus nueve partidos del 2021 así lo reflejan: dos victorias ante Minnesota, caída ante Dallas, triunfo ante un disminuido Philadelphia, victoria ante Knicks, derrota ante Brooklyn, triunfo contra Golden State y caída versus Utah. En resumen, le están ganando a los rivales más débiles, pero no están dando la talla frente a los conjuntos más potentes de la liga.
Dentro de esa irregularidad hay un factor que se mantiene consistente, aunque no precisamente para bien: la flaqueza defensiva. Los Nuggets ya habían sido un equipo de mitad de tabla en el campo propio durante la campaña anterior, finalizando 16° en ese aspecto. Pero cuando en el último mercado perdieron a Jerami Grant, Torrey Craig y Mason Plumlee, sin reemplazarlos por jugadores de ese calibre en cuanto a la marca, la sensación era que podían pasar a sufrir y mucho en esa área. Y lamentablemente para ellos, es exactamente lo que se está viendo en este primer mes de competencia.
La defensa de Denver atraviesa un muy mal momento y aparece rankeada en el puesto 26 de la liga. Lo más preocupante es que no se trata de un bajón determinado, sino que han estado rondando esas posiciones desde el principio mismo de la Fase Regular. Y todavía más preocupante: su calendario ha sido sumamente benévolo, tratándose del cuarto más sencillo entre las 30 franquicias. ¿Qué pasará cuando empiecen a enfrentar con más frecuencia a rivales más fuertes? Si no cambian el rumbo, seguirán teniendo muchísimos problemas.
De hecho, más allá de que el próximo duelo debería ser ganable (locales el martes ante OKC), luego abren una gira de cinco partidos como visitante, enfrentando dos veces a Phoenix, una a Dallas, otra a Miami y finalmente a San Antonio, para luego regresar al Ball Arena y jugar la revancha contra Utah. Seis partidos complicados, que serán todo un desafío para los del estado de Colorado. Si no los pasan de manera satisfactoria, empezarán a perder demasiado terreno en la dura Conferencia Oeste.
¿Cuáles son los problemas de los Nuggets en defensa? Empecemos por una de sus pocas virtudes: están generando un alto número de pérdidas en el rival. Los contrarios la pierden en el 14,2% de sus posesiones, siendo esta la séptima marca más elevada de la competencia. Nikola Jokic, Facundo Campazzo e Isaiah Hartenstein están siendo sus mejores recuperadores, sumando por encima de 1,5 robos por cada 36 minutos (únicos del plantel con esas cifras).
Sin embargo, sacando esa habilidad para interceptar balones y forzar errores, aparecen muy pocos otros puntos fuertes. O directamente ninguno. Para empezar, tienen el tercer eFG% (56%), producto de que no solo permiten un altísimo porcentaje en triples (39,1%, 26°) sino también en dobles (54,4%, 22°). Desde el plano individual, aparecen también demasiados puntos flacos: Paul Millsap (10,6%) y JaMychal Green (10,2%) están permitiendo más de un 10% de campo superior a lo normal en los tiros que defienden, mientras que Will Barton (4,7%), PJ Dozier (3,1%), Nikola Jokic (1,7%) y Gary Harris (1%) también permiten que sus defendidos superen la media.
De hecho, solamente Facundo Campazzo (-2%), Jamal Murray (-5,4%), Monte Morris (-5,9%) e Isaiah Hartenstein (-10,7%) le están bajando los porcenajes a sus respectivas marcas individuales. Y si tenemos en cuenta que tanto Campazzo como Hartenstein ven poco la cancha, el escenario es todavía más complicado.
En ese panorama, lo más negativo está siendo lo de Millsap. Más allá de lo que pueda aportar en ataque, se entiende que el ala pivote sale como titular para ofrecer cierta solidez en defensa, al lado de Nikola Jokic. Pero lejos de eso, el ex Hawks está teniendo enormes problemas en ese costado. De hecho, cuando Millsap está en el campo, Denver permite 115,7 puntos por cada 100 posesiones, superando por un campo de diferencia al resto del plantel (Harris y Murray aparecen anteúltimos con un rating de 112,1).
Millsap está siendo especialmente deficiente a la hora de marcar el perímetro, permitiendo un 52,6% en los triples que defiende. En una liga cada vez más versátil y veloz, juntar a interiores lentos como los de Denver, hace que el equipo no tenga la suficiente rapidez para salir a puntear tiros con regularidad o generar cambios que cierren espacios. Cuando se mueve la pelota contra los Nuggets, aparecen los tiros abiertos. No es casualidad que sus rivales tengan el séptimo promedio de asistencias más elevado, a pesar de que los de Malone juegan un básquet de pocas posesiones.
¿Qué soluciones pueden aparecer para esta debilidad? Con este plantel, no muchas y allí empiezan a sobresalir los aparentes errores en el armado del mismo. Una alternativa sería incluir a Michael Porter Jr. (cuando se recupere) como ala pivote en el quinteto inicial para ganar piernas frescas, pero sabemos los problemas que tiene MPJ en la marca. Green, como vimos, tampoco está siendo una garantía en ese campo y no es mucho más veloz que Millsap. ¿Dozier? Probablemente sea el mejor defensor de ese grupo de opciones, pero también ha tenido problemas para defender el perímetro: en la 2020-2021 está permitiendo un 44,1% en triples, mientras que en la 2019-2020 permitió un 39%. Complicado.
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Los defectos de Denver no se terminan allí: aparecen rankeados 23° en cuanto a rebotes defensivos, 21° en cuanto a las infracciones que cometen y solo 24° en cuanto a tapas. En definitiva, hay muy poco de lo cual aferrarse para imaginar una mejoría inmediata con estos jugadores. ¿Podrían buscar un traspaso, de mayor o menor importancia, como para tapar algunos agujeros? Si la historia no mejora considerablemente, no debería sorprender a nadie.
Pero aún así y salvo que consigan a un jugador completamente dominante en defensa, lo cual parece poco probable, el panorama general de los Nuggets debería ser el mismo durante toda la 2020-2021: un equipo que necesitará de un gran ataque (lo tiene) como para disimular sus falencias del otro lado de la cancha.
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