Gran propuesta en el TD Garden de Boston: los Celtics reciben al Heat, en un enfrentamiento entre dos rivales directos, que pelean en lo más alto de la Conferencia Este. Y más allá de todo el atractivo que significa ver a dos conjuntos de semejante nivel, con jugadores del calibre de Jayson Tatum, Kemba Walker y Jimmy Butler, entre otros, hay un punto en común ineludible a la hora de comparar el esquema de uno y otro.
En los últimos años, Boston y Miami normalmente han sido expertos en dar más de lo que se esperaba de ellos en la previa. Gran parte tiene que ver con el trabajo de sus entrenadores: Erik Spoelstra y Brad Stevens, quienes no solo son de los mejores de la competencia, sino que además han logrado establecer una identidad de juego clara en sus respectivos conjuntos. Pasan los nombres, la idea queda. Y esa estabilidad resulta fundamental en una NBA extremadamente volátil.
Pero más allá de los entrenadores, hay un factor común en el éxito de Celtics y Heat: su capacidad para encontrar joyas escondidas, sin experiencia en la liga y capaces de tener un impacto positivo desde sus diferentes funciones. Los ejemplos son muchísimos y aunque no se limitan a ellos, los actuales planteles de ambos reflejan esta tendencia a la perfección. Repasemos.
El ejemplo más claro en Miami pasa por Kendrick Nunn. El escolta no fue drafteado en el 2018 y luego de una campaña en la G-League, se ganó su lugar en el roster gracias a su trabajo en la Summer League y la pretemporada. ¿Su producción en estos primeros 20 partidos? 15,7 puntos y la elección como el mejor Rookie del Este en el mes de noviembre.
Igualmente, Nunn no está solo. Otro undrafted como Duncan Robinson ha sido titular en 15 de los 20 partidos, promediando 11,3 puntos y un excelente 44% en triples. ¿Más ejemplos de jugadores no seleccionados? El explosivo Derrick Jones y un Chris Silva que siempre aporta buena defensa durante su 10 minutos en cancha. Ah, y no nos olvidamos de Udonis Haslem, todavía en el plantel y leyenda de la franquicia.
La situación es similar en Boston, aunque no tan ligado al protagonismo anotador, sino más bien a funciones de rol. Brad Wanamaker está teniendo excelentes minutos como relevo de Kemba, dándose el gusto de estar formando parte del famoso club de 50-40-90 en porcentaje de cancha, triples y libres. Eficacia pura, además de buena defensa.
Wanamaker -> Timelord
— Juan López (@Juannlc) December 1, 2019
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En la segunda unidad aparecen más jugadores dejados de lado por el resto de la liga: Daniel Theis se ha ganado la titularidad como pivote, mientras que si bien todavía juega poco, Javonte Green ha dejado excelentes sensaciones cada vez que pisó la cancha. Y podríamos agregar a Semi Ojeleye, elegido en la segunda ronda del Draft 2017.
Aún sin jugadores Top 10 de la competencia, Boston y Miami se las están arreglando para tener de los mejores funcionamientos de esta 2019-2020. Y gran parte del secreto pasa por haber sabido mirar más allá: ahí donde las gemas esperan por ser descubiertas.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.