El mes de febrero parece no dar un solo respiro a Boston Celtics, que apenas ha podido disfrutar de tiempo para asimilar los partidos y poner solución a sus problemas. Como consecuencia, el equipo verde ha experimentado un considerable descenso en su rendimiento que se ha traducido en derrotas, la última contra Atlanta Hawks por 127-112. Los hombres de Brad Stevens se vieron superados en una noche en la que Danilo Gallinari consiguió su mejor encuentro de temporada anotando 38 puntos, su máximo desde abril de 2015, lo que certificó la tercera derrota consecutiva de Boston y la séptima en los últimos 10 encuentros del equipo.
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Una situación que ha adquirido un sentido de urgencia mayor conforme el balance del equipo ha ido decayendo hasta ser finalmente negativo (15-17 ahora mismo), y sin que los resultados del equipo hayan mejorado considerablemente en las últimas dos semanas.
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Los problemas de Boston son múltiples, pero buena parte de ellos emergen del principal mal: la ausencia de Marcus Smart, el cual sufrió una lesión en el gemelo izquierdo. La prolongada ausencia del base Celtic (14 partidos) ha amplificado las carencias del equipo en la creación de juego a media cancha, así como en la estructura y organización defensiva como era de esperar.
Si hasta el momento de la lesión el equipo se mantenía en puestos de privilegio con buenas sensaciones, promediando 111,6 en ratio ofensivo y 108,9 en defensivo, desde su infortunio el equipo de Brad Stevens ha bajado hasta los 113,8 de ratio defensivo, manteniendo el mismo registro ofensivo. Pese a que en un primer momento pudieron mantener la compostura con apariciones estelares de Carsen Edwards o Daniel Theis, en los últimos 5 encuentros su consistencia defensiva se ha desplomado a 118,1.
"Deberíamos jugar mejor de lo que lo hemos hecho sin él, es el número uno", comentó Brad Stevens sobre el rendimiento del grupo sin Smart. “Lo que él pone encima de la mesa es más que obvio en ambos extremos de la cancha, está respaldado estadísticamente, cualquiera que vea básquet y lo sepa, lo sabe".
"Cuando te ponés la camiseta de los Celtics, nunca deberías sentirte cómodo perdiendo", aseguró Jaylen Brown. “Me siento incómodo, todos deberíamos aceptar el desafío como grupo. Escuchamos a Brad durante el partido. Pero tenemos que ejecutar bien todas y cada una de las noches, y creo que ha sido un desafío para este grupo ir de un partido a otro sin tiempo de descanso y ejecutar planes de juego".
El tramo que atraviesan los Celtics está afectando a todo el roster, uno de los más jóvenes de la NBA con una media de 25 años, en especial a dos de sus estrellas: Jayson Tatum y Kemba Walker.
El primero no ha conseguido rendir como venía haciéndolo al comienzo de la temporada, consecuencia de haber dado positivo por COVID-19, lo cual ha hecho que sus promedios de acierto desciendan hasta el 39% en tiros de campo y 32% en triples en los últimos 14 partidos. Por otro lado, Kemba sigue sin dar muestras de reencontrarse con su mejor versión y ha ido alternando noches con buenos porcentajes con otros para el olvido, todo ello fruto del proceso de recuperación de su rodilla izquierda, hecho que le mantuvo ausente ante Atlanta.
Brown → bucket pic.twitter.com/gO3kEv8aKd
— Boston Celtics (@celtics) February 25, 2021
"Ninguno de nosotros está contento con el trabajo que hemos hecho y yo debería estar en primer lugar en esa lista”, dijo Brad Stevens tras la derrota ante Hawks. “También me doy cuenta de que estamos en una situación en la que tenemos a muchos jugadores pasando por esto por primera vez y hay una confianza que se obtiene al ganar. Nos aseguraremos de hacer todo lo posible para ganarnos esa confianza con nuestro trabajo".
“Hoy fue una cuestión de orgullo, no fue algo de táctica, se trataba más de aceptar el desafío", contó Jayson Tatum. "Tenemos que asumir cierta responsabilidad. Tengo que responsabilizarme. Asumo mucha responsabilidad por la forma en que jugamos hoy y cómo he estado jugando".
La ausencia de una pieza del calibre de Smart, el rendimiento irregular de Kemba y la pérdida de un jugador tan vital para el sistema como era Gordon Hayward están dejando a los Celtics en una incómoda posición, donde sienten la necesidad de ganar pero el plantel no está preparado para acometer ese reto con el contexto actual.
Todo esto afecta como es lógico a las rotaciones y, pese a que Stevens se ha caracterizado por gestionar muy bien el roster en sus años en el equipo, en los últimos 14 partidos no ha dado con la tecla. De este modo los verdes han sido el tercer equipo cuyo banco anota menos puntos de la NBA desde la lesión de Smart (29,4). Una segunda unidad que se ha desplomado al desaparecer el efecto Payton Pritchard, que viene promediando 6,8 puntos (39%), así como la negativa dinámica de Grant Williams que no ha superado los 5,4 puntos (46,5%) y cometiendo 1,1 pérdidas y 2,5 faltas en apenas 20 minutos.
Pese a lo dramático de la situación, la segunda parte del calendario ofrece un horizonte más positivo a Boston ya que, según Tankathon, los verdes tienen el décimo fin de temporada más accesible de la liga, teniendo que medirse a Cavs, Wolves y Rockets por partida doble. Tan solo les restan 4 encuentros antes del parate por el All-Star, todos de ellos en casa y ante rivales complejos como Pacers, Clippers, Raptors y Wizards.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.