Es un emblema de su generación. No porque sea el mejor jugador o el más marketinero, porque Luka Doncic y Zion Williamson lo superan en esos campos. Pero Trae Young juega como si fuese un chico creado con el ADN del básquetbol moderno. Es rápido, tira (y mete) triples desde cualquier lado de la cancha con asiduidad, domina el pick and roll y va mucho a la línea de tiros libres.
Los analytics, las estadísticas avanzadas que buscan que es lo más eficiente en el deporte, dirían que Young es ideal para cualquier equipo, más allá de que tenga varios partidos con menos de un 40% de acierto en tiros de campo en la temporada 2019-2020 (incluso ocho con un 30% o menos, sobre 60 partidos jugados).
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De sus 20,8 lanzamientos por partido, el base que hizo su debut como All-Star en Chicago en el mes de febrero reparte casi en partes iguales entre dobles y triples: un 54,5% son de dos puntos y un 45,5% de tres puntos. De los otros 20 jugadores con al menos 1.000 tiros intentados en la temporada 2019-2020 de la NBA, apenas tres tienen un mayor porcentaje de lanzamientos exteriores sobre el total de sus tiros: Buddy Hield (58,2%), James Harden (55,5%) y Damian Lillard (49,3%), pero Harden, el rey de los analytics, es el único que también intenta al menos unos 8 tiros libres por partido.
¿Trae termina siendo similar a James Harden? Las estadísticas indican eso: segun Basketball Reference, comparando sus números de la 2019-2020 por 36 minutos, poseen registros muy similares.
Pero a la hora de verlos no parece tan así porque hay una diferencia sustancial: el ritmo de juego propio. Apuestan a lo mismo en dos equipos que juegan casi a la misma velocidad (103,3 posesiones por partido para los Rockets, 103 para los Hawks), pero mientras Harden es un poco más sinónimo de estacionarse mucho en el uno contra uno y poder pasarse segundos y segundos driblando el balón, Young es vértigo.
De hecho, el base de Atlanta Hawks es el tercer jugador que toma más lanzamientos en los primeros seis segundos del reloj de posesión: intenta unos 4,6 lanzamientos por partido en ese rango de tiempo, un 22,2% de sus tiros.
Los dos jugadores que lo superan en esta lista de lanzadores "precoces" tienen una explicación distinta en su juego: son Russell Westbrook (6,5 lanzamientos) y Giannis Antetokounmpo (5,5 lanzamientos), dos que son especialistas de los contragolpes y que también suman muchos rebotes ofensivos más que Young (2,3 para el griego, 1,8 para Russ, 0,5 para Trae), alguien que raramente será visto anotando un "putback" con su poco más de 1,80 metro de estatura (aún no realizó una volcada en la NBA).
En cambio lo del de los Hawks suele llegar desde la tercera dimensión: el 47,7% de sus tiros entre los 2 y los 6 segundos del reloj de posesión son de tres puntos.
Eso si, no es del todo efectivo cuando lanza apurado: el jugador de Atlanta apenas mete un 33% de esos tiros de tres puntos, mientras que su efectividad general en triples sube a un 36,1% en esta temporada.
Igualmente, Young está un poco más "calmado" en esta campaña: en la 2018-2019, a pesar de ser un novato no tenía nada de timidez: el 25,7% de sus intentos al aro llegaban entre los rangos de los dos primeros segundos de posesión y el del tercer segundo al sexto. Ahora, aunque tiene mayor volumen de lanzamientos (pasó de realizar 15,5 tiros por partido a 20,8) y más minutos en cancha (de 30,9 a 35,3) mira un poquito más a sus compañeros. Es que claro, no es solamente un jugador con un gran tiro, también puede dar pases como estos.
Por eso, más que a James Harden, Trae Young recuerda a lo que fue Steve Nash en esos Phoenix Suns de la filosofía de los siete segundos o menos, una que el hombre de Atlanta hoy abraza completamente.
El Nash de la 2005-2006, la segunda campaña de MVP del canadiense, no tiraba tanto (el propio Nash ahora se arrepiente y dice que debería haber intentado más triples en su momento), pero tenía un estilo semejante. Es básicamente inspiración pura para Young, que declaró que Nash era su ídolo y se entrenó de forma privada con él en la previa a la temporada 2019-2020.
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Medir por 36 minutos no tiene tanto sentido en esta comparación: por más rápido que jugase Phoenix en el 2006 (era el equipo más rápido de la NBA), apenas iba a un ritmo de 95,8 posesiones por partido, el mismo que tiene hoy Charlotte Hornets, el equipo más lento de la NBA por mucha diferencia (Denver Nuggets, el penúltimo, juega 97,2 posesiones por partido).
Esta comparación ajustada a 100 posesiones por partido demuestra mejor lo que puede llegar a ser Young. Si a sus 21 años y en su segunda temporada en la NBA sus números no están tan lejos de los de una temporada de MVP de Steve Nash, es que va por buen camino. Con bastante por mejorar, pero con un techo altísimo.
Más allá del problema con la defensa (que también tenía Nash, otro jugador de cuerpo pequeño) quizá a veces poner un poco un freno le vendría mejor para realizar mejores lecturas, pero ahora no esta en un momento para ser atado ni cuenta con un gran material a su alrededor. Y aún así, entre las derrotas (Atlanta perdió 42 de los 60 partidos en los que jugó Young esta temporada), el pistolero más rápido de la NBA se las arregla para brillar.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.